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Amenaza de emergencia en el asilo de ancianos por impago del MIES

por Andres Ortega

Hace días atrás, un grupo de auxiliares de enfermería que prestaba sus servicios en el asilo de ancianos, presentó una denuncia por la fala de pagos que el Ministerio de Finanzas les adeudaba por más de cinco meses.

Ahora el obispo de Puyo, monseñor Rafael Cob, hace pública su preocupación ente el incumplimiento del Gobierno, para el personal que atiende a este sector vulnerable de personas; señala que tal parece que la indiferencia se apodera de los gobiernos ante las crisis que sufre el pueblo y se vuelven conflictos cuando no se sabe priorizar.

Explica que son 14 familias que dependen de un sueldo para sobrevivir, llevan seis meses sin cobrar un centavo. El MIES exige en sus convenios que se cumplan con exhaustivos controles los convenios firmados con instituciones privadas, en este caso el Vicariato Apostólico de Puyo, quien administra y coordina el Hogar de ancianos Tomás Romero Gros firmó un convenio con el MIES.

El MIES obliga a pagar garantías, dinero no reembolsable, el mismo que se pudiera invertir en mejoras para los abuelitos. Pero el MIES no paga a los empleados en seis meses.

Acota que el MIES en dicho Convenio, pide a la parte Cooperante del Convenio en este caso al Vicariato de Puyo, hacerse responsable como parte patronal de los empleados, librándose así de responsabilidades laborables, pero el MIES no paga durante medio año ni un centavo para el pago de seguros de los empleados y el Vicariato tiene que adelantar a modo de préstamo el pago, para que puedan beneficiarse lo que en derecho les corresponde para su salud y jubilación.

Indica además que, los 32 abuelitos necesitan alimentación y pañales, los proveedores llevan seis meses, medio año, sin cobrar un centavo; la respuesta del MIES, es que el Ministerio de Finanzas no nos hace las trasferencias, mientras, ejerzamos la paciencia, ellos son los olvidados por una sociedad indiferente y egoísta.

Concluye que es el momento de levantar la voz por los más pobres y los olvidados y marginados, hoy como Iglesia levanta la voz profética y denuncia  que es una injusticia por parte del Gobierno olvidarse de los ancianos, cuando estos han dado la vida por el país con su trabajo para que al final de sus vidas les priven de una atención generosa. El 31 de diciembre acabará el convenio, los trabajadores se marcharán ¿y los abuelitos a dónde los mandamos? pregunta.

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