– ¿Sabía usted, compadre Ulbio, que este mes de febrero es el único en el año que trae justo cuatro lunes, cuatro martes, cuatro miércoles, cuatro jueves, cuatro viernes, cuatro sábados y cuatro domingos?
– ¡¿Cuatro de todo?
– Así es compadre; es un mes perfecto. Por eso le llaman “miraclein”, y esto solo sucede cada 823 años…
– ¡Pero qué casualidad, compadre Indiscreto! ¡Es una gran casualidad que tengamos la suerte de vivirlo! ¡Por algo ha de ser, compadre!
– Más casualidad es el encuentro fortuito entre el presidente de la Conaie, Jaimito Vargas y el candidato correísta Arauz…
– ¡¿Casualidad?!… ¿Por qué dice que eso es una casualidad?
– Porque resulta muy casual que justo se encuentren en el mercado Mariscal, donde casualmente el Jaimito ha estado pegándose un maito… ¡Y justo a la misma hora, minuto y segundo en que llegaba el candidato al mismo mercado!
– ¡¿En serio?!… ¡Esa sí que es una gran casualidad!
– Pero ya no es de asombrarse; porque estos dos distinguidos personajes creo que están como predestinados a la casualidad.
– ¿Y por qué dice eso, compadre? ¡Cómo puede estar alguien predestinado a la casualidad!
– Porque fue la misma casualidad que hizo que días atrás casualmente se encontraran en el hermano país de Bolivia, en medio de miles de personas que asistieron a la posesión del nuevo presidente.
– ¡No me diga, compadre!
– Pues, si le digo; justo los dos coinciden en el mismo país, en el mismo acto y en el mismo lugar y se posan juntos para la misma foto. ¡Y el amplio diálogo y el abrazo y todo!
– ¡Chuta, compadre!… ¿No será esto cosa del diablo o brujería?… Y justo en el mes mariclein…
– Miraclein, compadre, Mi-ra-clein; no se equivoque.
– ¡Lo que sea! Luego salen a decir que cuál pacto, que no hay ningún pacto; que no sé de qué hablan.
– Lo mismo que dicen ahora luego de comer con la misma cuchara en el mercado.
– Pero las casualidades no terminan ahí; fíjese que coincidencia que luego fue a una reunión de líderes indígenas en Arajuno, donde le pusieron tantas plumas que resultó con más plumas que un gallo; eso además de los collares, los adornos y hasta el bastón de mando.
– ¡No ha de ser tanta casualidad! A mi me late que el Vargas le está haciendo la de judas, traicionando a su candidato de Pachakutik y alineándose con la lista 1… ¡Como en todo quiere ser el número uno!
– ¿O será por puro pique porque no le dejaron ser a él el candidato. Porque creo que hasta ahora tiene el sueño húmedo de ser presidente del todos los ecuatorianos?…
– Que es lo único que le falta porque presidente de todas las nacionalidades ya es.
– Tiene toda la boca llena de razón. Compadre. Y hablando de casualidades: otra casualidad…
– ¡¿Otra más?!… ¡¿Cuál casualidad?!
– Pues, resulta que casualmente se ha filtrado dizque un chat de whatsapp de los supuestos seguidores de una cándida candidata, en el que advierten que le cuiden a la pobre cuando visite a los indígenas.
– ¿Y cómo así ah? Si nuestros amigos indígenas son buena gente.
– Sí, pero dicen que ella no puede tomar chicha, porque es una chica delicada de salud y que los “indios” por acá, los “indios” por allá… Y eso ha causado tanta indignación en la gente que se ha hecho viral en las redes sociales. Así que la pobre candidata además de que le dio el virus del coronavirus ahora está con el chichavirus, que dizque te da diarrea.
– ¡Chuuuzo! ¡Qué falla compadre!
– Así que la pobre ha salido a los medios de comunicación, al igual que Jaime Vargas, a desmentir esa información. Dice que son patrañas, que el supuesto chat es falso, que todo es una campaña sucia en su contra. Que ella desde chiquita ha visitado las comunidades; que, si bien es cierto no ha tomado chicha, es bien amiga de todos… ¡Que hasta comadre la han hecho en varias ocasiones!
–
– Pero bueno, dice que ya va a tomarse una fotito tomando chica para que vean que si lo hace y no le produce ni vómito ni diarrea.
– Habrá que ver para creer, como diría Santo Tomás de Aquino: o tomas o aquí no entras, jeje.
– Bueno; será verdad, será mentira o será pura casualidad, Yo ya no sé a quien mismo creer, compadre. En esta campaña se dicen de todo y se oye de todo… ¡Qué casualidad!