– ¡Ay, compadre Ulbio! Parece que ya se viene el fin del mundo,; porque las escrituras dicen que peores cosas se han de ver… ¡Y ya las estamos viendo!
– ¡¿Y ahora qué pasa, compadre Indiscreto?! ¡No me haga asustar! ¡¿Qué… Cómo… ?! Cuente, ¿cómo que ya se acaba el mundo? ¡¿Qué vio o qué…?!
– Que ahora, de la noche a la mañana y como por arte de magia, todo mundo se ha vuelto hincha de Arauz.
-¡No ha de ser compadre! ¿No dicen que, aquí en Pastaza, la izquierda no pega ni con goma? Y como botón de muestra tenemos que en las elecciones pasadas no sacaron ni un asambleísta.
– Justamente por eso le digo que peores cosas se han de ver. Pues resulta que como ven que el más opcionado para ganar la presidencia es el Arauz, toda esa bandada de oportunistas se han subido a la camioneta… ¡Dizque la ganadora!
– Pero… ¡Sí hasta hace poco nadie daba un centavo por la revolución ciudadana! Y con todo eso que se dijo y se sigue diciendo del mashi Rafa ¿dónde estarían metidos los revolucionarios? No quedó ni uno; todos metieron cabeza bajo tierra como el avestruz y se hicieron humo.
– Así es, compadrito. Es más, a muchos que se decían revolucionarios se los vio sacando la cabeza o mejor dicho metiendo sus narices en otras tiendas políticas y apoyando a otros candidatos.
– Como don Eli, sin ir muy lejos, otrora vestido de verde limón nunca ganó nada; Pero se puso la amarilla y todo cambió. Es decir, facilito husmean por dónde está la ganadora y rápidito se cambian de camiseta.
– Así mismo debería hacer usted…
– ¡¿Yooo?! ¡¿Y por qué?!
– Me refiero a cambiarse de camiseta; porque esa que trae puesta ya está oliendo feo.
– Pero… Es que estoy trabajando, compadre. Más feo huelen esos que se vuelven revolucionarios según la conveniencia con tal de no trabajar.
– Ahí sí tiene toda la boca llena de razón, compadre… ¡Figúrese que solo en Puyo ya hay cuatro sedes araucistas!
– ¡¿Cuatro sedes, compadre?! ¡No me diga! ¡Qué’s pues! ¡Tanta ambición!
– ¡Si pues! ¿No ha visto compadre? Una frente al hospital del IESS, otra en el colegio Pompeya, otra por el Obrero con los ex 35. Y un cuarto grupo formado por representantes de las nacionalidades que también fueron parte de la teta en la “década ganada” y ahora vuelven a ver si les dejan seguir ganando.
– Yo me pregunto: ¿Dónde estarían los dizque revolucionarios en estos cuatro años? Que nadie sacó la cara en defensa de su líder, el Mashi.
– A lo mejor estaban hibernando o en estado criogénico. Bueno, algunitos más caretucos encontraron refugio en otras tiendas políticas; pero ahora, como ya perciben por dónde viene la victoria, se han vuelto a juntar y a decir: ¡Aquí estamos! ¡Nunca nos fuimos! Solo nos tomamos un ligero descanso para entrar con más viada, jeje.
– ¡Tarea de oportunistas! ¡Si ya dizque están hasta repartiéndose los cargos! Y a la pobre Nancy, que fue la candidata… ¡Ya me la han hecho a un lado!
– Y, lo que es más, compadre; hasta el alcalde Oz, que llegó a la silla cobijado por la wipala, que nunca se lo vio en estas elecciones apoyando a los candidatos del arcoiris que otrora lucía sacando pecho… Ahora sale en un video, vestido con la camisera de Arauz, diciendo: “¡Somos revolucionarios! ¡Y viva Arauz nuestro futuro presidente!!”
– ¿Y la pelea de Pachakutik por el reconteo de los votos? ¿Y el Yaku?…
– Eso como ya se sabía que, aunque tenían toda la boca llena de razón, eran solo patadas de ahogado. Mejor había que subirse a la camioneta ganadora y así lo hizo el Oz sin más reparos y sin pelos en la lengua.
– ¿Y los socialistas?
– Esos socios se pasan de listos y siempre aparecen con el que va a ganar; que como antes nadie daba ni un centavo por Arauz, ahora resulta que también ya se subieron a la camioneta… ¡Fíjese nomás, compadre!
-Ay compadre, mejor ya no me siga contando que me va a dar ganas de vomitar, me voy corriendo antes que le ensucie los zapatos.
– Pero… ¡Espere!… ¿A dónde va?… ¡Si el baño está por acá…
– Es que ese baño no me gusta…
– Y se fue este compadre… ¡Pero… si por allá está la campaña de Arauz!… Ah… ¡¿No les digo?! Este solo la cara tiene de zonzo. ¡Ya se me subió también a la camioneta! ¡Que barbaridad! Yo que le cuento tengo la culpa. Eso me pasa por estar chismeando y otro es el que salen ganando…