Muchas fueron las reacciones de los ecuatorianos tras la segunda medalla olímpica para Ecuador en Tokio 2020 en levantamiento de pesas por la amazónica Neisi Dajomes, después de Richard Carapaz en ciclismo de ruta lo que representa trabajo, constancia, dedicación y sacrificio de muchos años para llegar a la sima del olimpo.
Según las estadísticas es la primera mujer ecuatoriana en alcázar un oro olímpico que no es una casualidad sino once años de trabajo y esfuerzo junto a Maira Hoyos y Walter Llerena quienes la impulsaron en este deporte, la formaron y la guiaron el resto del trabajo en los últimos años lo hizo al mando del profesor Alexis Innatov (ruso) según recuerdan sus entrenadores Neisi llegó por curiosidad a mirar como entrenaba su hermano mayor Xavier (fallecido), ella no quería entrenar trabajo dos días y se retiró tuvieron que buscarle en su casa para que retorne al gimnasio porque pensaba que este deporte le formaba el cuerpo como hombre esto por el mito que existía en este disciplina para las mujeres, pero de a poco le fue gustando la disciplina primero entrenó con un palo de escoba para formar su técnica, luego paso al implemento de las pesas con una barra de 10 kg y su enganche con este deporte fue en una competencia en la costa, ella nunca había visto el mar y tal fue la sorpresa que las olas del mar la envolvieron porque se metió de lleno en la disciplina comenzando a destacarse sobre los demás y a soñar en grande.
Bajo la dirección de Walter Llerena y Mayra Hoyos participo en 13 campeonatos mundiales de los cuales 11 veces se subió al podio, obteniendo tres títulos mundiales juveniles, prejuveniles, plata y bronce en absoluto, con o sin apoyo de las autoridades de turno pero a pesar de todas estos obstáculos el resultado final a sus 23 años subió al olimpo para sonreír junto a los dioses e inmortalizar su nombre Neisi Dajomes Medallista olímpica de Ecuador.
Pero para llegar a este objetivo tubo que sortear muchas dificultades como la presión de la ecuatoriana de este deporte que pretendían llevarle a entrenar en Guayaquil y si no aceptaba la amenazaron con retirarle el apoyo económico que recibía del Ministerio del Deporte pero ella no cedió jamás y fue tajante en sus respuestas no importa que le retiren el estimulo ella se mantendría entrenando en Shell, aunque finalmente tuvo que migrar a Pichincha por falta de apoyo en su provincia natal, donde solamente una empresa privada creyó en su potencial (CACPE Pastaza) porque se le hacía complicado salir a las competencias a nivel internacional, Neisi Dajomes llegó a las olimpiadas como la segunda mejor ranqueada en los 65 kg gracias a su técnica esto sumado a su fuerza física y de voluntad por ello superó sus propios limites levantando 118 kg en arranque y 145 en envión dando un peso total de 263 kg.
Neisi Dajomes ha demostrado que lo último que se puede perder es la fe y la esperanza con gritos, con lágrimas de alegría celebró su primera medalla de oro olímpico, pero sin embargo detrás de toda esa sonrisa había muchos sentimientos encontrados mamá y hermano fue la frase escrita en su mano como recordando lo que siempre le inculcó en vida su madre Orfelina que compitiera con el corazón, su madre partió al encuentro con el ser supremo en el 2018 y por ello una de sus palabras en el podio fue “quiero llorar”, luego se arrodilló y dedicó el cumplimiento del sueño olímpico a toda su familia.
Angie Palacios su hermana obtuvo el diploma olímpico, sus dos hermanos pequeños también entrenan levantamiento de pesas y compiten en la actualidad por Concentración deportiva de Pichincha y también sueñan con el olimpo.
La cooperativa de ahorro y crédito de la pequeña empresa de Pastaza se comprometió en construirle una vivienda para la campeona y entregarle lo mas pronto como un reconocimiento por todo el esfuerzo trabajo y perseverancia para conseguir el oro olímpico.