Por: Edwin Mosquera G.
Tanto Johnny Depp como Will Smith han dado una demostración que los cabaleros no se extinguieron con los dragones, si no que más bien la secuencialidad de actos de amor y cuidado han sido mal utilizados por las féminas para el descredito en desmedro de sus caris.
El criterio de violencia de genero se ha prostituido tanto, que la misma ley que protege a las supuestas víctimas, es la misma que las discrimina, retumban los oídos cuando se escucha en los famosos informes psicológicos que se diga “… es vulnerable por ser mujer…” ¿ha caso eso no es discriminación y no protección?
Se habla de una igualdad de género, que por obvias razones debe de existir, pero no se puede estigmatizar a un ser humano por la diferenciación entre un pene o una vagina, a sabiendas que todos somos iguales, pero en estos casos para la ley no.
El polémico juicio de Johnny Depp y Amber Heard ha demostrado que la manipulación jurídica en el ámbito judicial no se aprecia solo en los países latinos, sino también en las cortes anglosajonas, evidenciando que a nivel mundial existe una sobreprotección retrograda y discriminativa contra los hombres, que no solo es mal utilizada en beneficio de esas mentes maquiavélicas si no en tratar de aplastar a quien quizás alguna vez dijeron mi amor.
Debemos entender que el criterio de igualdad formal e igualdad material, no solo debe enfocarse a dos seres humanos indistintamente de sus creencias, sexo o genitales, sino más bien a la búsqueda de un buen vivir en una sociedad garantista y no opresora de género.