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Funeral de Byron Guatatoca el último guerrero despedido como héroe

por Andres Ortega

Una larga caravana de motos se divisaba a lo lejos, eran tantas que llenaban un costado de la avenida Monseñor Alberto Zambrano. Una señora cruza presurosa la vía de un lugar a otro y pregunta como asustada ¿qué vienen los indios de nuevo, otro relajo? Le explican que no, se trata del cortejo que sale para la despedida de la persona que falleció en la última revuelta del pasado día martes.

Detrás de las motocicletas, el féretro cubierto con la bandera de la República del Ecuador, como lo que es, como lo sienten los de su pueblo, su raza, su familia, un verdadero héroe de las nacionalidades, que cayó luchando hasta el último en la resistencia contra la política del Gobierno Nacional.

Caras tristes y acongojadas, todas llenas de dolor y a la vez de rabia, una bocina se adelanta para ir pregonando justicia, que la muerte de Byron no quede en la impunidad, que el Gobierno tiene que responder por esto que para ellos se trata de un crimen de estado.

Soldados de las nacionalidades escoltan el cuerpo de su comandante con sus propias lanzas, porque dicen que Byron era uno de los jefes de la guardia indígena, el que los dirigía, el que los ordenaba, ahora se ha ido y les deja un vacío que jamás olvidarán. Entre ellos se turnan para cargar el cuerpo y llevarlo hasta la iglesia Catedral, donde se dará una misa en honor de su alma.

Palabras emotivas se expresan, destacando su valor, su gran espíritu de guerreo amazónico, hombre fuerte y valiente, que derramó su sangre por la reivindicación de sus derechos, que nos deja un gran legado de no doblegarse hasta las últimas consecuencias, porque un guerrero no se rinde, pelea, porque por sus venas corre sangre de una amazonia indomable.

Ya en el cementerio, todo era tristeza, todo era dolor, la familia abrazaba el féretro como negándose a perderlo, las lágrimas fluían en todos los presentes, muchas veces sin querer, mientras las lanzas se levantaban hacia el cielo, como señalando que su muerte no quedará en la impunidad, que seguirán en la lucha hasta las últimas consecuencias y luego de ellos, nuevos guerreros surgirán para seguir luchando por la buena causa.

Todos abrazan a la viuda y a los hijos, todos quieren darles una palabra de aliento y de consuelo o simplemente compartir el mismo dolor, porque en estos casos no hay palabras precisas que puedan consolar. Se despide al esposo, al hijo, al hermano, al amigo, al lancero por naturaleza, al indomable. Que Dios reciba su alma y lo cuente entre los mártires que ofrendó su vida por una buena casusa, por una causa justa, por buscar mejores días para los suyos.

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