– “La, la, la, la, laaa… Quiero, tú me miras y sé que te quiero…”
– ¡Ele! ¡Que’s pues, compadre! ¡¿Y ahora qué anda cantando pues?!
– Aquella canción del Sol de America de los años ochenta llamada: “1+1= a II enamorados”
– Será: “1+1= a 2 enamorados”. ¿Por qué mezcla los números normales con los números romanos?
– Es que usted no está actualizado; no entiende nada de matemáticas modernas.
– Si yo ni siquiera las matemáticas antiguas entendía, mucho menos voy a entender las modernas; pero no por eso mezclaba los números normales con los números romanos en una operación matemática.
– ¡Vaya pues con mi compadre! En primer lugar: ¡¿Que’s ps eso de “números normales”?! Se llaman “números arábigos”.
– ¡Ele! ¡¿Acaso me va a decir que nuestros números fueron inventados por los árabes?!
– ¡Claro que sí, pues compadre! Lo que pasa es que usted cree que los árabes solo sirven para derribar torres gemelas; pero no es así. La cultura árabe ha realizado grandes aportes al desarrollo científico de la humanidad.
– ¿Y por qué utilizamos los números árabes y no nos quedamos con los números romanos?
– Porque, esa pendejada de números no pegó ni en Roma. Yo no sé por qué hasta el día de hoy enseñan esa tontera a nuestros niños en las escuelas. Nos quedamos con los números arábigos porque son los más prácticos y perfectos para cualquier operación matemática.
– Ahhh, si usted lo dice. Pero entonces, ¿por qué ahora las matemáticas modernas mezclan los números árabes con los romanos? ¿A qué se debe esa regla?
– No se dice “regla”, se dice “monstruación”. Bueno, esta monstruación la han inventado los científicos de nuestro Gobierno Provincial.
– ¡¿Tenemos científicos en el Gobierno Provincial?! ¡¿Y por qué lo hicieron?!
– Porque no podemos quedarnos en el pasado; debemos actualizarnos e ir adaptándonos a nuevos tiempos, sobre todo cuando estamos prácticamente en campaña electoral.
– A ver, a ver; barájemela más despacito que no entiendo.
– Mire, el año anterior celebrábamos los 62 años de provincialización…
– Sí, claro, así fue… ¡¿Y?!
– Entonces, por conveniencia política pusieron en el programa de fiestas “61+1” en lugar de “62”; porque 61 es la lista del movimiento político de nuestro señor prefecto.
– Ahhh ya; sí, sí me acuerdo de eso. ¿Y ahora? ¿Qué ha cambiado?
– Qué ahora tocaría en cambio poner: “61+2”.
– ¡¿Y por qué no ponen así, pues?!
– Porque 61+2 es igual a 63.
– ¡¿Yyyyy?! ¡¿Eso que tiene que ver?!
– Pues, que 63 es el número de la lista del candidato a la prefectura André Granda, y no van a hacerle propaganda al contrincante.
– ¡Ahhh! ¡Ya estoy entendiendo, compadre!
– ¡Ya era hora! Así que, los científicos del Gobierno Provincial, después de romperse la cabeza toda la noche, por fin descubrieron la fórmula matemática que puso fin a este embrollo: ¡61+2= a LXIII! Así que este año viviremos el LXIII Aniversario de Provincialización.
– Ahora sí ya lo tengo todo claro. ¡Qué bárbaro, compadre! Con usted he aprendido más que en la escuela. Oiga, ¿por qué mejor no se hace profesor de matemáticas?
– ¡Que’s pues! ¡¿Querrá que muera de hambre?! Además, yo nunca enseñaría esos números romanos.
– Pero,… ¡¿No dice que son matemáticas modernas?!
– El reggaeton también es moderno, y no por eso es la mejor música. Muchas cosas modernas más bien se han inventado para idiotizar a la gente. Por eso hay gente que cree que poner LXIII es mejor para ganar las elecciones que hacer una buena administración en beneficio del pueblo.
– Claro, por aprender de los romanos; sin saber que los árabes han sido muchísimo más inteligentes.
– Bueno, tampoco culpemos a los romanos ni los discriminemos, ya ve que llegaron a construir un gigantesco imperio. Más bien digamos que la culpa es de la vaca…
– ¡¿Cuál vaca?!
– La vaca esa que tenemos en Carondelet…