Inicio Entretenimiento Rambo vs. Pato… ¡Adrenalina pura!

Rambo vs. Pato… ¡Adrenalina pura!

por Andres Ortega

– ¡Ay, compadre Indiscreto! ¡Qué bueno que por fin se acabó el relajo electorero!

– ¡¿Qué pasó pues, compadrito Ulbio?! ¡¿Qué’s pues eso de “relajo electorero”?! Lo que acabamos de vivir fue una fiesta democrática.

– ¡¿Fiesta democrática?! ¡Si hasta broncas hubieron! Y ruido y contaminación visual y todo eso…

– ¿Y en qué fiesta no hay broncas, ruido que molesta a los vecinos y contaminación visual? Si en otras fiestas hasta muertos y heridos hay. Pero no por eso vamos a desconocer la parte divertida de toda fiesta.

– ¡¿Y usted le vería algo divertido?! ¡A mí iras me daba!

– ¡Ay, compadre! Lo que pasa es que usted se está volviendo un viejo amargado. ¡Cómo no va a ser divertido y emocionante todo lo que ha pasado!

– ¡A ver, a ver! ¿Qué es lo divertido de esta “fiesta democrática”, como usted le llama?

– En primer lugar, esta fiesta democrática tuvo grandes sorpresas. La gente, y en especial los y las jóvenes, ya se cansó de los mismos políticos berreados de siempre, de aquellos que se creían los amos y señores de la política pastacense; y se decantó por sangre nueva…

– ¿Quién dizque ha cantado? ¿Sangre nueva? ¿Es un nuevo grupo musical?

– ¡Vaya pues, compadre! ¡Siempre sacando a relucir su falta de agricultura! Yo dije “decantó”… ¿Acaso no entiende la sintaxis?

– Pues, cómo no voy a entender; si estamos sin taxis nos vamos en bus nomás.

– ¡Cha mangas! ¡¿Cómo me hago entender, pues?! Le estoy hablando del verbo “decantar”.

– ¡Ahhh ya! Esa canción de Arjona que dice “verbo no sustantivo”.

– ¡NOOO!!!… Existe una palabra llamada “decantar” que quiere decir inclinarse o tomar preferencia por algo; o sea que la ciudadanía prefirió darle su voto a gente nueva, para ver si en algo mejora su situación. O sea que el pueblo y se cansó de los mismos de siempre.

– Pero eso solo en el caso de la Prefectura, en cambio en la Alcaldía ¿ah?

– Bueno, en ese caso la ciudadanía se decantó…

– ¡Otra vez lo del canto! ¡Ni que fuéramos morlacos para andar solo cantando!

– ¡Verá, compadre Ulbio! ¡No me matará de las iras, no! Me refiero a que la ciudadanía prefirió, digamos, no a un joven; más bien a uno de medio uso. Porque los de medio uso también tenemos derecho, pues.

– ¡Pero el Rambo ya fue pues alcalde! O sea que ya está bien usadito.

– En este caso sucedió el mismo fenómeno que a nivel nacional, que las dos administraciones que le sucedieron fueron un desastre. Por eso la gente se ha dicho: “¡Chuta! ¡Con el Rambo estábamos mejor!” Y ahí lo tiene usted de nuevo, compadre.

– Pero, casito que no llega ¿no? Le hizo sufrir el Pato García.

– ¿No ve, compadre? Eso fue lo más emocionante de la fiesta democrática… ¡Adrenalina pura!… ¡Pato contra Rambo a cuatro rounds!

–  Lo mejor de todo esto es que los pobres oportunistas que estaban listos para sumarse al festejo con el candidato ganador, no atinaban de qué lado ponerse; porque en la mañana estaba ganando el uno y en la tarde, vuelta, ya estaba ganando el otro.

– ¡Qué bueno! Así tuvieron que de ley tomar partido solo por uno. ¡Suerte o muerte! Y no andar de bailarines.

– Pues, para eso mismo son las fiestas, compadre; para los bailarines.

– ¡¿Ve lo que le digo?! Entonces, ¿cómo dice que le dio iras esta emocionante fiesta democrática?

– Bueno, yo me refería al ruido, a los ataques entre unos y otros, a la campaña sucia en las redes sociales, a los regalos para comprar votos, y todas esas actitudes que manchan los procesos democráticos.

– Pero no haga caso de lo malo y disfrute de lo bueno, compadre. Lo que pasa es que la política es como la religión, con la diferencia de que en la religión cada quien confiesa sus propios pecados y en la política, en cambio, cada quien confiesa los pecados del otro.

– En eso sí tiene usted toda la boca llena de razón, compadre.

– Esta bien, compadre; y ahora que ha retornado la paz y la tranquilidad, hagamos cómo las morsas.

– ¡¿Cómo las morsas?! ¡¿Y qué hacen las morsas, pues?!

– Vamos a almorzar, pues.

– ¡Ah ya! ¡Vamos pues! Ya que invita.

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