– ¡Ay, compadre Indiscreto! Lo único bueno de este proceso que estamos viviendo es que ya falta poco tiempo para que por fin se vaya este gobierno… ¡Es más! Yo no sé cómo ha logrado sostenerse tanto tiempo.
– Pues, eso tiene una explicación muy simple, mi estimado compadre Ulbio. Este gobierno ha logrado sostenerse porque es como un bikini.
– ¡¿Cómo un bikini dice?! ¡Ele! Y, ¿en qué se parece pues este gobierno a un bikini?
– ¡En eso mismo pues! En que nadie sabe cómo se sostiene pero todo mundo quiere que se caiga.
– Jaja… ¡Qué compadre! Usted siempre con sus ocurrencias. Tan poca fe le tiene a este gobierno.
– Bueno, no es para tanto; yo creo que antes de este gobierno estábamos al borde del abismo.
– ¿Y con este gobierno?
– Pues, hemos dado un paso adelante.
– ¡Ele! ¡O sea que mejor ya nos caímos de una vez al abismo! ¿Y qué opina de los resultados electorales de aquí, nuestra provincia?
– Pues que, con todo el ánimo del mundo que le puso el André, ganó el Sí en la consulta y hasta metió un asambleísta; y ahora tenemos prefecto y asambleísta.
– ¡Bah! Yo creo que usted está interpretando mal los resultados; porque, si bien es cierto el movimiento Semilla ha dado su fruto y ahora mete un asambleísta, en realidad quedar segundo es más bien perder.
– ¡Ele! Ahora sí que voy a tener que decir como el Alvarito: “No entiendo”…
– Es que con todo el aparataje que tiene la prefectura y con todo lo que hicieron era para quedar primeros y dejarle a Jaimito el travieso al último; pero, más bien resultó al revés.
– Ni se crea, compadre, porque a lo mejor resulta como en su casa.
– ¡¿Cómo en mi casa dice?!!!
– Sí, porque ahí don Segundo es el que más goza.
– ¡Ach, compadre! ¡Yo estoy hablando en serio! Aquí el verdadero ganador es Jaimito y toda la campaña en contra que se le hizo más bien le levantó y llegó en primer lugar. Vino a ser como el caso del Mashi: Tanto hablan mal de él que mejor le hacen más famoso.
– Bueno, como ya lo dijo el más grande filósofo que ha brindado esta tierra…
– ¿Y quién es, pues, ese filósofo?
– Pues, quien más va a ser: el Loco Freddy. Bueno, no sé si lo dijo él o Albert Einstein o Madonna; pero lo que dijo es cierto: “No me importa si hablan bien o mal de mí, lo importante es que hablen de mí”.
– ¿No lo ve, compadre? Por eso mismo digo que el Jaimito más bien les debe estar profundamente agradecido por el empujoncito que le dieron.
– Puede que tenga razón, compadre; por ahora le concedo ese derecho. Pero también el movimiento semilla entró con sus tres efes: F. F. F.
– ¡No me diga que aquí también vamos a tener la Fiesta de las Frutas y de las Flores!
– No, compadre. Me refiero a Fausto Faustino Fernández, y ahí, en la Asamblea, veremos quién es quién.
– Me disculpa, compadre; pero yo insisto que, en lugar de salir a festejar, más bien deberían sentarse a reflexionar. Porque aquí el único perdedor es Semilla, se supone que la vez pasada le ganaron… ¡Y no se me suba a la camioneta! Que ya se parece a otritos que yo conozco.
– ¿Cuáles otritos compare? ¿Acaso hay más gente cantando la canción del ánimo?
– No precisamente la del ánimo. Pero resulta que, como este guambra Noboa quedó finalista y con amplias posibilidades; en Pastaza, que no tuvo ni una sede ni un candidato a la Asamblea ni nadie que pegue una pancarta o salga con una bandera, resulta que a la noche de los resultados preliminares salieron muchos en caravana a festejar la victoria.
– ¡Puro arrimado, compadre!
– Si, como usted… dice. Y no solo arrimados, sino que de esos vivos que quieren pescar a río revuelto cuando nunca movieron un dedo. Ahora hasta se autoproclaman “directores” del movimiento, “voceros oficiales”, “militantes”, con nueva sede y un poco de vainas.
– ¡A carajo! Bueno. Lo importante es que, por suerte, este pequeño Noboa ha salido al papá y no al Alvarito; y, además, que ya tenemos a nuestros dos flamantes asambleístas listitos para la venta…