– Oiga, compadre Indiscreto; usted que todo lo sabe, y lo que no lo sabe lo inventa, ¿cuál es el animal más antiguo del mundo?
– Claro que sí, compadre Ulbio; el animal más antiguo es la vaca.
– ¡¿La vaca es el animal más antiguo?!
– Sí, compadre, ¿no ve que todavía son en blanco y negro?
– Eso si no es una vaca charoláis.
– O una vaca loca, porque esas sí que son bien coloridas, como los políticos.
– Y, hablando de antigüedades, el otro día mi hijo de doce años me pidió una foto de cuando yo era bebé para un trabajo escolar. Se la di sin preguntarle de qué se trataba la actividad.
– Y, ¿para qué mismo ha sido la foto?
– Unos días después fui a su aula de clases a una reunión de padres de familia y descubrí mi fotografía en un mural creado por los niños bajo el título: “La cosa más vieja en el hogar”.
– Jajajaja. ¡¿No ve, compadre?! Usted ya está siendo considerado una antigüedad.
– Sí, compadre; creo que ya nos estamos poniendo viejos.
– Digamos que más bien ya somos clásicos, porque nunca debemos perder la juventud de nuestro espíritu.
– Tiene toda la boca llena de razón, debemos sentirnos como niños.
– No sea tonto, compadre; no ve que si nos sentimos como niños no nos va a querer el Rambo.
– ¡Ele! ¡¿Y por qué no nos va a querer el Rambo si nos sentimos como infantes?!
– Porque parece que ha sido medio Grinch y no soporta a los niños.
– ¡¿Y por qué lo dice, compadre?!
– Porque, al contrario de lo que dice el pasaje bíblico sobre la vida de Jesús como amigo de los niños, el alcalde nos ha dejado con la boca abierta al afirmar que no renovará el convenio con el MIES que ayuda a sostener económicamente a los niños del Centro de Acogimiento Infantil.
– ¡Ele! ¡Chuta! Con eso, prácticamente, les da las espaldas ahora que más lo necesitan.
– Claro, porque no son niños cualesquiera, sino más bien un grupo de niños protegidos por ser víctimas de abusos, maltratos y violencia; vulnerados en sus derechos y que necesitan un trato especial, muchos de ellos que no tienen hogar.
– Bueno, y… ¿por qué el burgomaestre ha tomado tal decisión?
– Pues, según ha señalado, esa no es responsabilidad del municipio, sino que la responsabilidad directa es del MIES, aunque el aporte municipal al programa es de apenas el doce por ciento. Así que solo hasta diciembre se hace cargo y después… ¡Chao pescao!
– ¡Pobres guambras! ¡¿Ele y ahura?! ¡¿Qué será de ellos?!
– No lo sé; porque el alcalde dice que necesita esos recursos para obras más importantes.
– ¡No me diga! ¡O sea que la vida de los niños es menos importante que cualquier otra cosa! ¡Qué barbaridad! ¡Con razón nadie se conduele de los niños que están siendo masacrados en Gaza!
– Así parece, compadre, que para los políticos los niños son la cosa menos importante en vista de que aún no tienen edad para ejercer el derecho al voto; así que mejor el burgomaestre ha pensado en un centro de acogida para mujeres vulneradas.
– ¡Ah, claro! ¡Como ellas sí votan! O sea que no le conmovieron ni los ruegos, ni las súplicas, ni siquiera el hecho de que los niños salieran en el desfile por las fiestas de la provincia con sendos carteles en los que se leía: «Señor alcalde no cierre el CAI», «Los niños lo necesitan».
– Así es, se ha encaprichado en su decisión y no dio su brazo a torcer; al punto que las concejalas Meza y Pérez, que le insistieron que revea su decisión, no lo consiguieron.
– Yo creo que esta decisión, en lugar de favorecerle políticamente para una futura postulación ya sea a la reelección o a la prefectura, más bien lo desgasta políticamente, puesto que da la imagen de ser una autoridad que solo le interesa las obras de cemento y no la parte social, de ponerse en contra de quienes más lo necesitan.
– Tiene razón, compadrito; la popularidad de Rambo ha descendido notablemente puesto que a pocos días de la navidad se convierte en el peor regalo para los niños.
– Y entonces… ¡¿Por qué la estatua del Cristo Redentor?! Si Jesús ama a los niños y dijo que para entrar al cielo todos debemos ser como ellos.
– Así mismito; más importante que una imagen, plagiada de otros lares, es seguir el ejemplo y las enseñanzas de Cristo y lo que él desea para la humanidad… ¡Esa sería la mejor obra! Lo que más necesitamos en estos oscuros días que estamos viviendo.