Por: Edwin Mosquera G.
Una singular práctica utilizaba los griegos, para estimular a los guerreros antes de sus batallas, en grandes orgias en nombre de Apolo, Mercurio y Marte se soltaban las aves para que se enfrenten en un duelo por sus vidas, para al final de la jornada quien patee mejor será quien gane el derbi.
Pues bien, qué pasa cuando se olvidan del palenque y los gallos empiezan a pelear por redes sociales, el enfrentamiento se da rasgándose las vestiduras y se cambian el batir de las alas y las patadas con espuelas, por comentarios críticos de una administración en comparación con la otra.
La regla básica en el pozo de maleza, es que las aves sean de similares características en peso y tamaño, pues en este encuentro se el gallo criollo patea al campero y saca sus cueros al sol, pero jamás se han visto de frente, en fin, los garfios metálicos se sublimaron en rumores en plataformas.
Este pequeño relato indica que hasta en el reino animal, los enfrentamientos deben ser de frente y sin tapujos, no bajo comentarios cibernéticos y críticas mal intencionadas, el buen gallo en cualquier gallinero canta, no se esconde en una publicación mediática y peor aún el ofendido responde en las mismas condiciones, demostrando que el acometido está siendo eficiente. Los burgomaestres y sus patadas al aire, que más parecen arañazos sin sentido, si tengo que decir algo lo digo, si tengo que denunciar algo lo denuncio y si me siento ofendido lo reclamo; antes se decía que el papel lo aguanta todo, pues hoy en día las redes sociales socavan todo y se ha perdido el brío de la autoridad, dejan surgir la pulsación de pollito de