Por: Edwin Mosquera
Como ya se ha hecho costumbre, la alta cúpula de los Gobiernos Seccionales con uno que otro caudillo lameculos, acompañados de una comitiva carente de conocimiento en negocios internacionales o de turismo, han optado por PROMOCIONAR sus pueblos, con exuberantes viajes a los paraísos vacacionales, con el afán de motivar a la gente a que visite su amplio y valioso territorio, pero esto que conlleva?, pues si el gasto de un todo un pueblo que patrocina este viaje de trabajo que de trabajo no tienen nada y que solo quedará en el recuerdo de sus viajeros que irán con viáticos pagados.
Hay que saber diferenciar entre promocionar un destino turístico, promocionar un destino productivo y promocionar un producto. En el primero de los casos se necesita por obvias razones el conocimiento de todos y cada uno de los destinos donde se podría acoger a la gente a la cual se va invitar, generar algún paquete que incluya ciertos beneficios tanto económicos como culturales y a su vez identificar plenamente qué hace de diferente el destino turístico que se está proponiendo que no tengan otros destinos turísticos.
En el segundo caso estaría más enfocado no a un impacto de gente turística, sino empresarios y personas que estén de acuerdo en ser parte de las empresas productivas que pretendan apoyar con tecnología para el mejoramiento del producto, de la producción de la productividad y hasta del mercadeo de la fruta que se va a promocionar y por último, la oferta del producto, pero para este caso la experiencia y la memoria ha indicado que el promocionar de ciertos sujetos es pararse en una vía pública o en un mercadillo improvisado, o en el mejor de los casos, con suerte alguna, tener un espacio dentro de algún evento o convención de productores, pero no para promocionar agarrado una caja de pitahaya con plumas en la cabeza en una mesa de plástico a uno que otro sujeto que pasa con un turbante en la cabeza, entendiéndose claro está que se desconoce totalmente de la aplicación de un proyecto de promoción de productos a nivel internacional para muestra un botón, dice el viejo adagio popular, la famosa feria internacional de la pitahaya no tuvo acogida ni siquiera cantonal peor aún se pudo haber llamado provincial y peor aún decir feria internacional cuando lo único internacional que se pudo observar y evidenciar en dicha feria fueron unos dos que tres venezolanos y unas dos que tres colombianas.
El contexto de la fiscalización en los gobiernos seccionales en base al principio de autonomía, en el presente caso por ser pluriculturales y multiétnicos, existen observancia propias del legislativo del cabildo si no más aún deberían estar más alertas, ya que con estos pequeños entre comillas pseudo proyectos está metiendo la mano al bolsillo del cantón que les eligió para administrar la cosa pública y que lo único que han obtenido son migajas en señal de prebendas de pago, quién sabe de favores una que otra hoja de zinc, una que otra funda de caramelos y una que otra canastilla navideña mal proporcional.
Cuando la autoridad enfoca los proyectos en beneficios de todo pueblo estas se evidencian claramente desde su presentación y su desarrollo. Su finalidad es más, debería hacerse un análisis financiero, de cuánto va a costar poner a dos en emplumados con una caja de pitahaya, a que va a generar este poco impacto de la oferta de un cajón de pinta de la misma manera que se solicitó la autorización para realizar el viaje presentarle al pleno del Consejo el informe positivo de cuáles fueron los frutos que se recabaron en dicho viaje, es decir, se realizó la exposición en tal ciudad y se tiene prevista la visita de tales importadores, se realizó la exposición en tal feria mundial de la producción y se tiene el compromiso de tal, lo cual importador internacional, más no es solo de adornar a la fruta del dragón, con par de plumas y pretendes que esa es la promoción a nivel internacional.
Me duele el querido cantón, porque a pesar de todo hay algunos que inclusive te aplaude, hay algunos que inclusive te siguen y pocos que te decimos que no, pero mientras exista una sola voz que se levante y ponga en atención cualquier viveza criolla o artimaña que siquiera realizar, sinónimo de que a uno no le pudieron convencer o que por lo menos se dejó comprar, por más como esos y por menos como los otros.