Antes ya había ocurrido, la naturaleza se llevó tanto de Oayacachi, la parroquia turística y productiva que se encuentra a 3200 metros sobre el nivel del mar.
El 26 de junio del año 2015 ya ocurrió un evento similar y devastador en Oyacachi, fue un deslave que afectó a 200 familias, dejando a 20 casas de madera y bloque visto en escombros.
Este territorio amazónico fuertemente azotado por las inundaciones del pasado 15 y 16 de junio, ahora se levanta más temprano de lo habitual para continuar con las labores de limpieza y reconstrucción de sus viviendas, sitios turísticos y las piscinas comunitarias de cría de peces que quedaron llenas de lodo y rocas.
Por el mal tiempo y las constantes lluvias, esteros y ríos crecieron exponencialmente, golpeando a al sistema de captación y conducción de agua para las principales piscinas de agua dulce en la que miles de alevines de trucha estaban en su proceso de cría y engorde.
“Todo colapsó ocasionando enormes pérdidas en la producción de truchas, afectando también a las estructuras de las viviendas y hosterías”, indicó Micael Parión, socio de esta organización que se dedica a la piscicultura, para ellos estos desastres naturales no es un tema nuevo, tal vez sea un nuevo comienzo, afirmaron, y además indicaron que están atentos a las ayudas y contribuciones que ñas instituciones públicas les harán llegar, aportes que por ahora serán de mucha ayuda para su proceso de recomenzar.