Por: Guido Calderón
En la Segunda Guerra Mundial se hicieron millones de tabletas de chocolate con aditivos para que soporte el calor. Se les agregó polvo de avena. A partir de ahí, las industrias no paran de agregarle químicos al chocolate y de fabricar “sucedáneos” o falsos que, con los químicos actuales, pueden tener mejor sabor que los chocolates reales, cada vez más difíciles de encontrar en un mundo inundado de barras que dicen ser chocolate, pero realmente muy pocas contienen cacao.
El poder de la industria del chocolate es temido por los gobiernos de todo el planeta y nadie se atreve a ver y menos legislar las graves irregularidades de esta industria, que convirtió un alimento super saludable, en un negocio multimillonario descontrolado, al que se le agrega todo tipo de químicos sin importar las consecuencias para la salud humana.
Los primarios y saludables atributos originales del cacao, que lo hicieron tan famoso por su aporte a la salud corporal y emocional de las personas, ya no se mencionan. Ahora la industria se centra en la super foto, el brillo, la crocancia, los rellenos, los colores, las formas, y campañas publicitarias millonarias. Se mencionan los ingredientes, pero se ocultan los porcentajes. Los de mejor calidad informan el porcentaje de cacao. Los de mala calidad- que son la gran mayoría de nacionales y extranjeros– mencionan manteca de cacao, pero jamás indican el porcentaje. Existe mucha opacidad en los ingredientes químicos con nombres impronunciables y que poco se sabe de sus efectos a la salud humana.
Algunos chocolates importados a Ecuador, tienen químicos que no son parte de sus tabletas comercializadas en Europa, como por ejemplo químicos para contener el vómito. En muchos países de Europa, por cacao se entiende el “polvo de cacao”, es decir, se excluye automáticamente a la manteca de cacao, por lo que la puerta está abierta para mezclarlo con cualquier grasa industrial, siendo las más comunes las hidrogenadas. Los supermercados de Ecuador rebosan de tabletas de azúcar y grasas industriales saborizadas, olorizadas y tinturadas como chocolate, pero no lo son y ningún gobierno ha hecho nada al respecto.
Finalmente, en Ecuador abundan curso de chocolatería, que realmente son de bombonería, donde se usan como materias primas chocolates industriales y se los artesanaliza; son una estrategia de las industrias para introducir sus productos a nuevos emprendimientos, a pastelerías y panaderías. En Europa, en cambio, las industrias están montando Casas de Experiencias, donde venden la imagen de producir productos gourmet de mejor calidad, siendo las materias primas las mismas de las tabletas baratas.