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Ahora la ciudad canela es Pitufilandia

por Andres Ortega

– Oiga, compadre Ulbio; ¿de qué color es la canela?

– ¡Ele! ¡Qué’s ps, compadre Indiscreto! ¡¿No habrá visto nunca una canela?! Esas cascaritas medias cafecitas…

– Es que, como dicen que nuestra ciudad es la ciudad canela…

– ¡¿Y eso qué tiene que ver?!

– Pues, que veo que andan pintando de azul con blanco por todas partes; yo creí que me estaba volviendo daltónico.

– ¿Y qué tiene que ver la religión?

– ¡¿Religión?! ¡¿Cuál religión?! Daltónica es una persona cuya vista no distingue bien los colores.

– ¡¿Ahhh?! O sea, como los políticos, que ciegamente cambian nomás de color sin reparar en nada.

– Bueno, más o menos. El caso es que están coloreando a nuestra ciudad de una manera monótona y de mal gusto… ¡Ya perece toda la urbe un cuartel de la policía!

– Así veo; que están pintando las aceras, los pasamanos, los parques, puentes y todos los espacios públicos de azul con blanco. Oiga, compadre; ¿Y por qué estarán pintando así?

– Pues, por qué más va a ser; para disimular la falta ideas, de proyectos y de obra pública. O sea, hacer creer a la ciudadanía, con un poco de maquillaje, que algo se está haciendo; cuando debajo de ese horrible maquillaje no hay nada nuevo, solo lo mismo que ya había antes… ¿Entiende?

– Sí, sí, compadre; ya veo. Pero, por lo menos que pintaran con colores bonitos, con diseños artísticos. ¡Nada! Compran dos colores básicos y ya.

– ¡¿No ve, compadre?! Usted sí piensa cuando hace un esfuerzo. ¡Cada administración viene con sus disparates! ¿Se acuerda que tiempo atrás pintaban todo verde? Dizque para entonar con el eslogan “Puyo al natural”; luego, en otro tiempo, fue todo amarillo y ahora todo es azul cielo, jeje.

– Pero, la prefectura en cambio está pintando todo lila, que es el color de su movimiento político.

– Bueno, por suerte no tiene competencia en la ciudad; porque sinooo… Habría un terrorífico choque entre lila y azul.  

– Por lo pronto, con esos colores, la gente dice que ya parece que estamos en Pitufilandia, antes que en la ciudad canela.

– Usted camina por el bulevar del Citayacu, azul celeste con blanco, va por el paseo turístico del río Puyo, azul celeste con blanco, las nuevas canchas deportivas, azul celeste con blanco, los espacios cubiertos azul celeste con blanco y así por todo lado. El alcalde como papá pitufo y sus funcionarios como los pitufitos. Je, je.

– Bueno; y usted, que tanto critica, va a quedar como el pitufo gruñón, jeje.

– Bueno, aunque odio ese azul con blanco, no soy el único gruñón; también hay por ahí un experto en diseño gráfico, marketing y no sé qué cosas más; que todo lo ve mal. Que si los colores, que los adoquines; y a todo lo cataloga como “pensamiento retrógrado”, que la ciudad no camina, que seguimos pensando con mente pueblerina, que ya es hora que cambiemos de mentalidad como ciudad moderna.

– Pero a veces es bueno que una persona entendida en la materia haga una observación, emita su criterio o de una sugerencia para que la autoridad tome en cuenta. Pero cuando eso ya se convierte en una obsesión, oponer por oponerse, entonces ya entra la duda, por algo ha de ser. Algo quiere o ha de ver querido.

– Así es, da por pensar que es puro resentimiento, porque tal vez quiso ser parte de la administración y no le dieron chance; por eso se ha pasado al otro lado.

– Ya, pero no se enoje compadre, ya parece usted también el pitufo gruñón, es solo una conversa, nada más, tómelo por el lado amable.

– Usted que me viene con conversaciones inútiles, con conversaciones pueblerinas, con su mente pitufa, ya evoluciones también, piense con mente racional, ya póngase en otro nivel, como dice el pitufo gruñón, jeje.

– Ya me imagino que cuando construya el santo Cristo Redentor, que es la promesa emblema de campaña de esta pitufi administración, con colores azul celeste con blanco, como el santo patrono de pitufilandia, la ciudad de los pitufos.

– Bueno, también hay una pitufina que critica eso también; que ¡¿a quién se le puede ocurrir una imagen de un cristo redentor en plena Amazonía?! Que ¿en qué nos identifica eso como amazónicos? Que eso más papá pitufo siendo ateo… ¡Cómo es posible!!!

– Yo mejor me voy a pintar mi casa, y la voy a pintar de color café, porque si la pinto en la misma línea de la administración municipal, han de creer que es PAI.

– Vaya, vaya, compadre; y ponga los colores que le dé la gana, ultimadamente; que nadie tiene que venir a estar criticándole. Y si a algún gruñón no le gusta… ¡Que se joda!

– ¡Sí, sí! Mejor me voy rápido porque mi pitufina ya ha de estar bravísima.

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