El pasado fin de semana, el prefecto de Pastaza recorrió varias comunidades del interior de la provincia, comprometiendo su trabajo e iniciando obras que van el beneficio de los sectores históricamente más relegados.
8 horas de canoa, navegando río adentro llegó hasta la comunidad de Pukayaku, corazón de la selva de Pastaza.
Allí donde el río es camino y la selva abraza, el prefecto André Granda llegó para cumplir una promesa hecha en territorio: colocar la primera piedra del mega espacio cubierto para Pukayaku, capital de la Nacionalidad Andwa, un hito histórico para esta comunidad ancestral que ahora tendrá un lugar digno para reunirse, compartir su cultura y proyectar su futuro.
La emoción se sentía en el aire.
Cientos de hombres, mujeres, jóvenes y sabios acudieron desde las cinco comunidades que integran esta nacionalidad, para dar la bienvenida con cantos, palabras profundas y miradas llenas de esperanza. Fue un recibimiento que tocó el alma.
Este gran proyecto será un símbolo de unidad, cultura y desarrollo en el corazón de la Amazonía. Porque el dinero alcanza cuando nadie roba.
En un emocionante recorrido en canoa desde Puerto Tzatzapi, el Prefecto de Pastaza llegó hasta la comunidad de Sarayaku, en plena Amazonía, para cumplir con acciones planificadas en territorio que hoy son una realidad.
La escuela de fútbol, impulsada por el Patronato Provincial, inició con fuerza y entusiasmo. Niños y jóvenes de diferentes edades recibieron su uniforme deportivo, motivados a seguir aprendiendo y disfrutando del deporte más querido del mundo.
Una jornada inolvidable que fortalece la presencia del Gobierno en las zonas más alejadas y multiplica la esperanza para cientos de familias.
Por otro lado, en coordinación con la Nacionalidad Sapara del Ecuador, el Gobierno de Pastaza entregó alevines de tilapia a diversas comunidades amazónicas, promoviendo la soberanía alimentaria y el desarrollo sostenible en la selva.
Las comunidades beneficiadas son:
Atatakuinjia, Ripanu, Jandiayacu, Masaramu, Tsitsanu, Conambo, Wiririma, Pinduyacu, Torimbo y Suraka.
Con estas acciones, fortalecemos la nutrición, la economía local y el respeto a los saberes ancestrales de nuestros pueblos originarios.