Edith Orquera es una madre de familia de la ciudad de Puyo que al momento se encuentra pasando por un momento muy difícil en su salud ya que sufre de una enfermedad catastrófica, por lo cual se halla en un hospital de la ciudad de Quito y los costos son sumamente grandes que no tiene la posibilidad de solventarlos.
Edith es madre de seis hijos que viven en una casa de madera en el sector conocido como La Isla, en el barrio Mariscal de la ciudad de Puyo, ella trabajaba como una de las productoras en el espacio cubierto del barrio Mariscal destinado para los productores de Pastaza, donde se ganaba la vida para poder llevar el pan para sus hijos, no tienen otra fuente de ingreso.
Su esposo señala que la situación es muy complicada, ya que está internada desde el mes de junio en un tratamiento muy costoso y él también tiene que estar entre Quito viendo a su esposa y viajando a Puyo para cuidar de sus hijos. Por lo que hace el llamado a los ciudadanos a que le apoyen con cualquier tipo de ayuda económica para poder seguir con el tratamiento de su esposa y ojalá pronto pueda regresar a casa ya que sus pequeños hijos la necesitan.
Para las personas que deseen aportar con cualquier granito de arena, los pueden visitar en el barrio La Isla, entrada principal en la parte del fondo a orillas del río Puyo, o también haciendo su contribución directamente a la cuenta de Banecuador número: 02500001337 o llamando al número celular 0995340798 a nombre del señor José Barrezueta.
Por lo pronto lo que necesita es la ayuda económica para los gastos de la enfermedad de su esposa, pero también lo pueden hacer mediante la entrega de alimentos y vituallas para el sustento de sus hijos, ya que el tampoco tiene trabajo y necesita buscar el pan para los niños.
Para el próximo domingo, tiene previsto hacer una colecta en un punto del mercado Mariscal, que era el lugar donde la señora se ganaba la vida vendiendo sus productos del campo, allí las personas que quieran solidarizarse lo pueden hacer de manera directa en el ánfora que estará ubicada en el lugar.
Su amiga Erika Rosero, es la que hace de buena samaritana y está moviendo cielo y tierra para buscar la ayuda.