La labor del interno rotativo de medicina es exigente y extenuante, por lo que no aceptan la reducción del estipendio, que de por sí es bajo. Hablamos de 591 dólares que se reducen a 394 dólares (sin contar con el descuento del IESS), lo que definitivamente no les alcanza. Por ese motivo, se ha tomado la resolución de dejar de trabajar como medida de presión a nivel nacional.
Deben vivir alejados de sus ciudades natales. La mayoría proviene de Riobamba, Ambato, Latacunga, por lo que deben costear, vivienda, alimentación, vestuario, internet, transporte y otros múltiples gastos, mientras que en contraparte tienen una carga laboral sacrificada, ya que es de domingo a domingo, no hay descanso los fines de semanas, tampoco días feriados desde tempranas horas.
Uno de los dirigentes Mario Oña, expresó que solicitan la derogación del decreto ejecutivo que reduce el reconocimiento económico que perciben. La medida de hecho continuará, mientras están a la espera de la notificación de la Asociación de Internos de Medicina para retomar las labores, luego de algún acuerdo al que aspiran llegar con el Ministerio de Salud Pública.
El caso de los estudiantes que optaron por la carrera de nutrición, es aún más complejo. Carla Andrade, representante de los internos de la escuela de nutrición de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, indicó que les notificaron que les entregarán tan solo 197 dólares, lo que ni siquiera se acerca al salario básico.
Le consultamos si tienen el apoyo de sus padres, a lo que respondieron, que no todos tienen familiares con la capacidad económica para apoyarles con recursos, en tanto que otros internos, son padres de familia con obligaciones.