El crecimiento de la ciudad provocado por el boom pitahayero y el auge migratorio de venezolanos, ha alterado de alguna manera el desarrollo de las actividades cotidianas en la jurisdicción cantonal, Palora y la parroquia Sangay son una clara evidencia.
David Ortíz, Comisario Municipal, informó a este medio que alrededor de 40 vendedores informales circulan por la ciudad, la mayoría de ellos son extranjeros y los productos que se expenden son alimentos preparados, esta actividad se ve incrementada los fines de semana principalmente domingo con motivo de la feria semanal.
Ortíz manifestó que es un problema que tendrá que resolver el Concejo Municipal a través de una reforma a la Ordenanza vigente, la misma que no le permite ejercer un control adecuado, toda vez que el mencionado cuerpo legal vigente, impide la realización de esta actividad comercial.
Según el funcionario Municipal, en la administración anterior se les agrupo y se les asigno un lugar determinado para que desarrollen sus emprendimientos, es el sector conocido como “Los agachaditos”, sin embargo, el problema persiste porque con el pasar de los días, siguen llegando nuevos emprendedores que encuentran en la calle la mejor alternativa.