Lo que aparentemente inició como un modelo de gobernabilidad basado en los consensos entre Alcalde y Concejales, de a poquito se ha ido deteriorando al punto de volver al viejo sistema administrativo del caciquismo político, donde se hace lo que la cabeza institucional piensa o quiere.
El motivo según Marcia González, Concejala del GAD Municipal, habría sido la falta de consenso en un punto sobre la prolongación de un convenio que beneficiaría a la Parroquia Cumandá con la presencia de un volquete de la Municipalidad por un tiempo más.
Esta situación según la Edil, habría llevado a la primera autoridad a marcar distancias con el Concejo a tal punto de restringir el diálogo, la información y las convocatorias a sesiones ordinarias de Concejo.
González manifestó en conversaciones con este medio, que desde entonces, que ya va para tres meses, apenas se han realizado tres sesiones de las cuales, una tuvo el carácter de extraordinaria y las otras dos apenas informativas y es más, todas solicitadas por los Concejales.
Es lamentable dijo la señora Concejala, que el señor Alcalde haya asumido esa posición de cortar el diálogo, restringir la información y lo que es peor impedir que aportemos con nuestras ideas y nuestros proyectos a través de las sesiones de Concejo que por ley deberían realizarse una vez por semana y no cuando se le antoje a la autoridad municipal.
No es justo dijo, que a pretexto de no haber proyectos de ordenanzas nuevas o reformas a las existentes, se coarte el derecho de los Concejales a opinar, debatir, deliberar, consensuar y resolver sobre múltiples temas que implican el desarrollo socio económico del Cantón en toda su jurisdicción.
Finalmente lamento que en el aspecto administrativo hayan tenido que retroceder a la vieja forma de hacer política de manera autoritaria y unilateral, sin considerar el criterio de quienes fuimos elegidos como representantes de los diferentes sectores sociales del cantón que clama primero por una administración de consensos y luego por obras en pro de su desarrollo.