Nuestra eterna directora, la jefa, la flaca, amiga y compañera, ha decidido encaminar su vida por otros rumbos, seguir otros retos y alcanzar nuevos sueños; se desprende de nosotros, abandona su casa y nos deja huérfanos; pero aunque nos duele, la apoyamos en su gran decisión. Sus pupilos, discípulos y compañeros le queremos dar las gracias por todo, más que una directora fue una gran amiga y compañera, deja un vacío que será difícil de remplazar; que siga con su luz brillando en otros corazones con mucha paz y amor. Bendiciones Lucy, Dios le pague por todo…
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