– ¡Paaan de Ambatooo!
– ¡Nueeez de Ambatooo!
– ¡Paaan de Ambatooo!
– ¡Nueeez de Ambatooo!
– ¡Aguante, aguante, compadrito Ulbio! ¡Usted me está echando a perder el negocio!
– ¡Pero… ¿Qué le pasa, compadre Indiscreto?! ¡¿Por qué dice eso pues?!
– Porque cada vez que yo grito “¡Pan de Ambato!” usted me contradice que “¡No es de Ambato!”… ¡Así no se vale, compadre!
– No, no, no… ¡Nada de eso, compadre!… Lo que pasa es que yo estoy vendiendo nueces.
– Ya sé que está vendiendo nueces; pero… ¿Por qué tiene que gritar “¡Nuez de Ambato!”?
– Pues, porque yo también traigo estas nueces desde Ambato, compadre…
– Pero grite otra cosa; por ejemplo: “¡Nuez de California!”. Así se se escucha hasta más sofisticado.
– Y si suena sotisficado… ¿Por qué no grita usted: “¡Pan de California!”?
– Pues, porque el pan de Ambato es famosos en todo el mundo; por eso la ciudad de Ambato es reconocida, por su pan y no por sus nueces.
– Está bien, compadre; voy a decir que las nueces son de California; pero no se enoje…
– Bueno, bueno; no estoy enojado; solo estoy un poco contrariado porque hasta ahora no he vendido casi nada.
– ¿Y por qué será que la gente no compra el pan, compadre?
– Pues… ¡Por qué más va a ser, compadre!… Por la dura competencia que nos está haciendo cierto candidato a asambleísta…
– ¡Ele! ¡Que’s pues! ¡Ha de ser para financiar la campaña que se ha vuelto panadero?!
– Nada de eso, compadre; sigue de político; pero ahora se ha vuelto politipanadero, porque anda repartiendo pan por todo lado y a todo el mundo… ¡Si hasta parece que se ha comprado su propia panadería!
– ¡Chuta, compadre! ¡Con razón no vende usted el pan! ¡Si ha habido pan gratis!
– Yo tengo la culpa que me pongo a vender pan en tiempos electorales… ¡Y eso que aún no empieza la campaña!
– Oiga, compadre… ¡¿Y no dirán nada los del CNE por los que se han adelantado a la campaña?!
– ¡Uuuuuu! ¡Esos están peor que la Shakira! Ciegos, sordos y mudos… Bueno, como a buenos cristianos, no les ha de faltar su pancito de cada día.
– Capaz que el candidato pasa por ahí primero dejándoles el pan cada mañana, jijiji.
– Así parece; porque se está utilizando vehículos institucionales para hacer campaña a favor de un candidato… a ellos no les consta; se está malgastando los recursos públicos en campaña anticipada por cierto candidato… a ellos no les consta; se está organizando caravanas, ciclorutas y otros eventos, para favorecer a un candidato… a ellos no les consta; se está regalando caramelos, camisetas, zapatos y otras prendas, con la consigna de que voten por nuestro candidato… pero a ellos no les consta… ¡Ya parece Constantinopla!
– ¡¿Y no habrá quien denuncie esas irregularidades, compadre?!
– Claro qué sí, compadre; pero a quien quiere denunciar tiene que hacerlo por escrito, notariado y en triplicado… ¡Así cualquiera se desanima!
– Bueno, pero como dice el refrán: “No por mucho madrugar amanece más temprano”.
– Pero también dicen que: “Al que madruga…”
– ¿Dios le ayuda?
– No, le toca ir a comprar el pan; y bastante pan para repartir a todos los potenciales electores.
– O sea que Dios no le ayuda.
– Porque ya hay otro que le ayuda; de gana se va a meter Nuestro Señor en asuntos mundanos. Pero bueno; a pesar de estas inequidades le deseo lo mejor a este candidato y a todos los demás; yo se que todos ellos y todas ellas son buenas personas y la mayoría son mis amigos y amigas… ¡Por eso voy a votar por todos y todas!
– ¡Pero… Si vota por todos y todas estaría anulando el voto!
– Y si no voto así estaría anulando mi conciencia; así que vamos compadre, no solo de pan vive el hombre…
– También de nueces…
– O de yuca, pero la yuca nos darán después que ganen.