– ¿Y? ¿Qué tal de fiestas, compadre Ulbio? ¿Salió a sacudir el polvo un ratito siquiera? ¿O nada? Con lo aburrido que se está volviendo con la edad, yo creo que no bailó para nada.
– ¡Qué voy a bailar, compadre Indiscreto! Con esos artistas piltrafa que traen, que en vez de dar gusto daban iras. Figúrese compadre, el primer sábado uno sale así, todo contento con su mujercita, a dispersar la mente un rato, para que se le quite ese mal humor que ella tiene; pero presentan unos artistas de llorar uuu… ¡De llorar!
– Eso sí, compadre; con unas bailarinas que hasta parece que se confundieron de lugar, se ponen a hacer estriptis en pleno espectáculo público, subidas en lo alto de las barras moviendo el esqueleto eróticamente.
– ¡Claro pues, compadre! Por eso, mi mujer horrorizada me dice: “¡¿Qué, me trujiste al chongo o qué?! Mientras los morbosos, grabando con sus celulares. Entonces, a mí también se me ocurre sacar mi celular… ¡Ele! Mi mujer se enoja, me quita el celular y me saca del lugar. “¡Vámonos de esta putifarra! ¡Que más parece chongo que fiesta!”.
– Y hasta ahí llegó mi alegría.
– Así mismito, compadre… ¡Ele! ¡No durmió tres noches conmigo! Y mientras salíamos: las peleas, puñetes por un lado, puñetes por otro lado, puñetes por más allá, más que fiesta puñetiza, salimos soplados je je.
– Chuta, compadre. ¿y en eso se gastaría el Municipio la plata, los recursos del pueblo?
– Espérese compadre, que eso no es todo. A la siguiente semana, como le quedé debiendo a mi mujercita, la vuelvo a invitar dizque a las verbenas populares. Le digo: “Vamos mi amorcito, que ahora sí va a estar bien bueno, con Gerardo Morán, el más querido”. Y, como ella es fanática del artista, no me dijo “no”, de una salimos. Llegamos tempranito dizque para ganar puesto; y, otra vez, unos artistas de a perro que más bien daban desobligo, que en vez de cantar parecía que aullaban o sería que la amplificación estaba mala no sé, pero algo estaba mal.
– ¿Y el más querido?
– Uuuu, Gerardo Morán ¡nada! Medio la Patty Ray como que quiso componer la cosa; pero luego, una pareja de paisanos que cantaban en quichua, y está bien que haya interculturalidad, pero los artistas deben ser buenos por respeto al público, y estos cantaron feíto. Mi mujer: “¡Ya vámonos! Esto está aburrido”. Y yo: “Espere mi amor, ya mismo sale su artista, el más querido”. Y, ¡nada de salir!, compadre. Ye era la medianoche y ya era la madrugada y ¡nada! ¡Seguían los primos! Así que yo también me aburrí y le dije: “¡Mejores fuímonos de aquí!”
– ¡Chuta! ¡Qué falla! Por lo que me cuenta, en los artistas, se jalaron las cuadras.
– Si la gente decía, mejor hubieran traído a los nuestros, artistas de aquí mismo, hasta más barato les hubiera salido y cantaban más bonito.
– Yo de alcalde, hubiera puesto dos buenas orquestas para que la gente baile hasta que el cuerpo aguante y pare de contar.
– Es que la culpa no es del alcalde, sino de los famosos contratistas. ¿No ve que ahora todo se hace por ese mal llamado sistema de Comparas Públicas? Y el que gane pone los artistas, y para ahorrar recursos y que poder ganar más, claro, traen lo más barato.
– Tanta plata desperdiciada en artistas chintolos. Antes no era así, antes directamente se traía buenos artistas y buenas orquestas.
– Pero así mismo eran buenas las coimas que les quedaba a los organizadores, y eso es lo que se quería corregir… ¡Pero salió peor!… Oiga compadre, ¿y usted no saldría para nada a las fiestas?
– ¡Uf, compadre! Yo pasé peor que chancho en misa, totalmente perdido. Fueron las fiestas menos difundidas, menos promocionadas y menos dadas a conocer. ¡Si hasta parecía que ni estábamos en fiestas! Antes todas las radios se desbarataban dando a conocer las actividades, ¡ahora nada! El programa de fiestas se difundía en los medios impresos, ¡ahora nada! En la Tv pasaban spots sobre los artistas para invitar a la gente, ¡ahora nada! Silencio total. Si con decirle que ni en la misma página del municipio estaba publicado el programa de fiestas.
– Pero compadre, ¿Cómo van a difundir los medios de comunicación si todo el año no han tenido contrato de publicidad? Como usted mismo dice, antes desde febrero mismo ya comenzaba los contratos de publicidad, ahora medio año y nada, ni por las fiestas les ha salido nada de nada.
¿Qué, tan pobre estará el municipio que ya no pauta?
– No, no es por falta de plata, el presupuesto allí está, es por la ineficiencia de los encargados del área de comunicación y también por los engorrosos trámites que ahora se tiene que hacer en el portal de compras públicas.
– Bueno, sea lo que sea, en estas fiestas nos quedó debiendo el área de comunicación, que no comunicó prácticamente nada.
-Pero si ellos no comunican, le comunico yo, este fin de semana hay farra en la Feria del Camal con dos buenas orquestas… ¡Vamos!
– ¡Ele! No le digo, yo ni enterado. ¿Pero si las fiestas ya se acabaron? Ya pasó el 12 de Mayo.
– No, entérese compadre, en la feria les dieron una extensión de contrato hasta el 20 de mayo, y cierran con buena orquesta… ¡La Sonora Dinamita!
– ¡Así, la cosa cambia! ¡Vamos de una! No me ha dicho nada, compadre… A bailar esa canción que dice: “no le peque a la negra”…!