– Oiga, compadre Indiscreto, ¿sí vio el debate?
– ¡¿Cuál del bate, compadre Ulbio?! Ya sabe que a mí no me gusta el béisbol…
– ¡Qué béisbol ni que pantalones zurdos! Viejo sordo, le voy a dar por las orejas.
– Usted mismo me pregunta si he visto al del bate, yo le estoy respondiendo que no me gusta ese deporte… ¡¿Dónde está lo malo?! ¡¿Por qué me insulta?!
– Me estoy refiriendo al debate… ¡De-ba-te!… El de los candidatos a la presidencia de la República, que fue el domingo por la noche.
– ¡Ah! ¡Eso ha de decir, pues compadre! Que si vi el circo de los candidatos organizado por el CNE. ¡Eso más aburrido que estuvo! Si hasta me he quedado dormido frente al televisor.
– ¡Chiii! Lo que pasa es que usted de política no entiende y de nada mismo entiende. ¡¿No ve el domingo?! Va a misa y se queda dormido en medio sermón.
– Así mismo estuvo ese debate, más aburrido que el sermón del cura. Largo, monótono y frío. Los candidatos parecían testigos de Jehová.
– ¡Ele! ¡¿Y eso por qué?! ¡¿Qué tiene que ver la religión con la política?! Usted mezcla las papas con los mellocos.
– ¡Es que todos te hablan de una maravilla de reino! Ya por ellos al Ecuador le ponen en el paraíso terrenal. Una belleza de país, lo más lindo; pero solo en la teoría, porque ya en la práctica, ninguno dio la fórmula de cómo piensa sacar al país adelante. ¡Puro bla, bla, bla!
– Bueno, ahí si tiene razón. Todos dieron un país idealizado; pero nadie dio cifras, ni estadísticas, ni números. Todos dijeron que es lo que piensan hacer, pero ninguno el cómo lo va a hacer.
– Por otro lado, en vez de debate, más parecía una protesta anticorreísta. Que la culpa es de Correa, que Correa por aquí, Correa por allá. Si más bien con Correa tuvimos hospitales, escuelas del milenio, instituciones públicas, becas para los estudiantes, y buenas carreteras. Ahora, nada… ¡Absolutamente nada!
– A Noboa, no lo tocaron para nada, solo para preguntarle cosas insignificantes, que cuáles son los nombres de los niños que asesinaron en Taura…
– ¡Tonteras! Este debate estuvo organizado a la medida del Nobita, para que salga bien librado; todos esperábamos que se enfrente a sus verdaderos contrincantes, a una Luisa González o a un Leónidas Iza, para que le den para el santo y la limosna… ¡Pero le pusieron con los de su misma línea! Con otros derechistas igual a él… ¡Así qué pues!
– Dicen los entendidos que la gran sorpresa de la noche fue la guapa Andrea González, que siendo desconocida se lució.
– Ahora me vengo a enterar que ha habido dos González, la Luisa y la que usted dice que ha sido la gran sorpresa. ¿Sorpresa por sus ideas o por lo muñequita que parecía? Yo más que verla en la presidencia me veía con ella en otro lado.
– Pero usted también habla pendejadas; ella qué va fijarse en un viejo como usted, todo destartalado, ya parece chatarra de la guerra del 41.
– Eso sí, yo también estoy idealizando cosas que no sucederán. Mejor fijémonos en nuestros candidatos. ¡¿Para cuándo habrá un debate con los nuestros de la provincia de Pastaza?! Para por lo menos conocerlos. Porque yo no los conozco a todos, solo escucho que son como nueve solo los principales. Pero… ¡¿Cuáles serán los suplentes y los alternos?!
– ¡No pues! Se va a quedar con las ganas. Aquí no hay debate porque el CNE no aprueba.
– ¡Elé! ¡¿Qué es pues?! ¡¿Y cómo en otras provincias si están anunciando debates de sus candidatos?!
– Pero entienda. Eso es en las provincias grandes. Tiene que haber más de cien mil votantes para que el CNE apruebe el debate de los candidatos. Mientras tanto, solo tiene que contentarse solo viendo los colores de las banderas y en coger las camisetas que le regalan, las gorras, los fósforos y todas esas chucherías.
– ¡Chiiii! Yo ya me imaginaba verlos frente a frenta a un Tello, a un Valverde, a una Deisy, a una Maricris, a un Polo. Etcétera. Todos demostrando frente al público su capacidad y sus propuestas para salvar a la Patria. – Pues. imagínese en su mente esa pelea de gallos. Como le digo, aquí debate no habrá; aquí el que sale ganando es el que más cositas va regalando o el que más puestitos va ofreciendo, el debate es el que más bate su bolsillo y eso es todo, colorín colorado este cuento