– ¡Venga a ver, compadre Ulbio! No sé si es pájaro, un avión, un platillo volador, Superman o será que ya es el mismo Redentor, tanto que hablan de querer construir su monumento, ¿será que mejor el mismo viene en persona como bajado del cielo?
– ¡A ver! ¡¿Dónde, compadre Indiscreto?! Yo no veo nada, solo un gallinazo que vuela… ¡¿Acaso se volvió loco compadre?!
– Es que usted nada ve, nada siente, nada huele. No ve que a los de ADN les han nombrado un nuevo director y dicen que les viene como caído del cielo.
– Chuta compadre, ya me preocupó usted, parece que también anda medio rulay. ¿De qué me habla? ¿quién cayó del cielo?
– ¡Ningún rulay! Lo que pasa es que usted es de corto entendimiento, así que mejor se la voy a dibujar. Ponga atención. ¿Se acuerda que los nobitas de Pastaza andaban de tumbo en tumbo? Con cuatro sedes diferentes, cuatro coordinadores, cada uno se disputaba la dirección provincial; que el uno decía yo soy, otro que a mí me nombraron desde Quito, que el tercero yo soy más que los demás porque soy el coordinador zonal, otro: yo soy más guapo y así por el estilo.
– Sí, la gente estaba como loca, sin saber que hacer, como ovejas sin pastor, deshojando margaritas, éste sí, éste no.
. Hasta que alguien se le ocurrió la gran idea de mejor fusionarse, meterse todos en una sola olla de avena Quaker y formar un solo grupo con un solo director.
– Y así lo hicieron, y eligieron internamente a su propio director.
– Pero la gran solución tampoco les funcionó, pronto dijo uno que en Quito no reconocen a la nueva directiva y que él sigue siendo el super director, luego salió el dizque zonal a hacer sonar su bastón de mando y dijo aquí mando yo.
– Ya me mareó compadre, ahora no le vuelvo a entender. ¿Y qué tiene que ver todo eso con el que viene del cielo, como dijo?
– Que en vista que aquí en Pastaza están más perdidos que chancho en misa y no se ponen de acuerdo, ahora les han nombrado desde Quito, a su propio director.
– ¿Y eso es caído del cielo? Sigo sin entender
– Que el nuevo director, nombrado desde el buró central, desde Quito, es nada más y nada menos que el piloto de aviación Rubens Álvarez alias “Kashurco”.
– ¡Ah! ¡El Kashurco! El de la empresa de aviación. ¡Eso era que diga desde un principio! Más lo que me marea con tanta vuelta que se da.
– ¿Si lo conoce?
– ¡Quien no los va a conocer, compadre! Si son bien nombrados aquí en Pastaza, porque las avionetas caen a cada rato, jeje.
– Pues ahora cayó de director de los ADN y ahora va a pilotear esa nave de la política aquí en la provincia, y ya se reunió con el gobernador, para decirle “aquí estoy yo con la mano en el timón”. También se reunió con el que no quería soltar la dirección provincial y le dijo: “¡Hazte a un lado que aquí el verdadero piloto!”
– ¿Y ya le aceptaron y reconocieron todos los adenes?
– Sí, ya lo ratificaron en asamblea provincial, allí puso en claro que es el verdadero redentor, y finalmente con el dizque coordinador zonal para decirle el jefe soy yo, el enviado del cielo, puro avena Quaker
– Bueno, al menos es una persona nueva, un rostro fresco, nuevo en la política creo yo; como se dice “un pájaro de alto vuelo”.
– Tan nuevo que hasta da ganas de recitarle ese poema de la infancia que dice así: “del cielo cayó un piloto, ADN lo cogió, lo vistieron de nobita y que bonito que quedó” jejeje.
– Ahora entiendo lo de caído del cielo, lo de nuevo redentor, hablando en términos rambinos, jeje. Pero ojalá que no sea como las avionetas, menos pensado se va contra el suelo, jeje.
– Bueno, algún rato tendrá que caer, porque la política es bien ingrata, que cuanto más alto vuelas más dura es la caída. Pero mientras tanto tiene que volar a toda velocidad, porque hay que recoger firmas para inscribir el movimiento para que pueda participar en las próximas elecciones. Acuérdese que también se viene la consulta popular.
– ¡Chuta! ¡Están contra reloj! ¡Pobre piloto! Ojalá le vaya bien, porque aquí en Pastaza, con ese tema de la cárcel de máxima seguridad que nos quieren regalar sin haberla pedido y que nos tiene a todos encabrestados, no sé si la gente le apoyen.
– Usted lo ha dicho compadre, aquí le toca volar con viento en contra, o sino lo mandaremos a volar, pero por otros aires; así como cuando a usted su mujer lo manda a volar… ¡Y sin ser piloto!!!