– ¡Qué tal, compadre Indiscreto! Oiga usted… ¿qué anda haciendo que le veo de lado a lado, que va y que viene?
– Aquí nomás, compadrito Ulbio, buscando trabajo. Ya toca pues.
– ¡¿Buscando trabajo?! ¡Usteeed?!
– ¡Ele, pues!… ¡¿Y de qué se escandaliza?! ¿Acaso uno no es humano? Y encima pobre.
– Es que me admira, pues. Usted siempre se las ha arreglado para vivir de la lengua.
– Pues, lo que pasa es que en estos días, está muy dura la competencia. Con tanto político lenguaraz, la opinión de uno se va diluyendo.
– Bueno, y ¿como qué clase de empleo le gustaría a usted?
– Pues, ahí nomás, que me den un puestito más que sea de gerente.
– ¡¿De gerenteee?! ¡¿Y estará, pues usted capacitado para ser gerente?!
– ¡Ele, claro pues! Entre una de mis muchas habilidades está la de hablar gerenteces.
– ¡¿Gerenteces?! ¡Ele! ¡¿Que’s pues eso?
– ¿Acaso no ha escuchado a Facundo Cabral? Pues, él dice que un estúpido habla estupideces, un idiota habla idioteces, y un gerente habla… gerenteces.
– ¿Y un gobernador?
– ¡Y qué más va a hablar un gobernador! ¡Pues,… gobernadoreces!!!
– Y, ¿cómo son las “gobernadoreces”?
– ¿No ve la respuesta que da el gobernador a la minga convocada por el prefecto?
– Pues no veo ni escucho nada. ¿Cuál fue esa respuesta?
– Dijo: “¡Qué mingas ni qué ollas viejas! ¡Aquí no se requiere de una minguita de limpirza! ¡No hay nada que limpiar! Aquí lo que se requiere es un estudio técnico para una solución técnica y definitiva al problema de la vía Baños–Puyo”.
– Bueno, a mí, más que gobernadoreces, me parecen ingeniereses. No olvide que nuestro gobernador es ingeniero.
– En eso sí tiene toda la boca llena de razón, compadrito. Además de ser un reconocido profesional honesto y capaz; por eso dice que hace fuuu que él ha estado preocupado con el problema de la vía y que ya se ha reunido varias veces con su colega de Tungurahua para tratar el tema.
– Jajajaja… ¡cómo me hubiera gustado estar ahí oyendo como dos gobernadores hablan gobernadoreces!
– Y no solo eso; luego de que el prefecto anunciara la convocatoria a minga para el día lunes ¡ele! Los del MTOP se le adelantaron desde el sábado hasta el domingo con toda su maquinaria, haciendo un resanteo de la vía. ¡Y viera visto a los técnicos!
– ¿Qué pasó con los técnicos?
– Toditos inmediatamente levantando sus informes, y el subsecretario saliendo a decir que ya está la solución definitiva y la maquinaria lista para el lunes.
– ¿No ve, compadre? Bueno ha sido amenazar con hacer una minga para que se despierten los del MTOP.
– Yo si decía, compadre, estos muchachos sí son eficientes, solo necesitan un pequeño incentivo y verá como se vuelven más rápidos que Speedy González o el correcaminos.
– Pero… ¿Será verdad que al fin se va a dar una solución definitiva al problema?
– Bueno al menos esas son las intenciones y la buena fe del señor gobernador; pero, lamentablemente está trabajando para un gobierno que dizque ha inaugurado miles de obras, pero invisibles.
– ¿Invisibles? Jajaja, como ese artista que anda vendiendo esculturas invisibles; y dizque hay millonarios zonzos que las compran.
– Claro, así mismo; tenemos un presidente que construye escuelas y hospitales invisibles… ¡Todo un artista! Pero nosotros no somos zonzos, y no compramos esa idea.
– Ojalá nuestro gobernador, en el poco tiempo que le queda, por lo menos pueda dejar adelantado algo.
– Así es, compadrito. Por más buenas intenciones que tenga nuestro gobernador, porque no hay duda de que es un hombre íntegro; pero, con el gobierno al que está sirviendo, todo puede quedar solo en gobernadoreces. Espero estar equivocado y ojalá San Jorgito nos haga el milagrito.
– Oiga compadre; ¿por qué mejor no aprende a hablar gobernadoreces?
– ¡¿Y para qué pues?!
– Para ver si así mejor le dan el puestito de gobernador y no solo de gerente.