Una sociedad no tendrá futuro si sus mandantes caen en el desgobierno al pretender justificar una decisión de liberar a los delincuentes en pro de obtener misericordia por parte de un grupo armado. Están masacrando a la población civil para conseguir que su capo no caiga en manos de las instituciones llamadas a imponer justicia y hacer cumplir las normas para que un país tenga al menos un mínimo de convivencia pacífica y ordenada.
Lo que ha hecho el presidente de México al ordenar liberar al narco Guzmán para que no siga la matanza que estaba causando el enfrentamiento con las fuerzas del orden deja un pésimo precedente puesto que los carteles de la droga saben que imponiendo el terror por la fuerza de un armamento que se equipara y hasta supera al de las fuerzas armadas.
Es suficiente para doblegar a cualquier gobierno que intente frenar el avance de sus actividades delincuenciales que lamentablemente en México alcanzan niveles inusitados de penetración en todos los órdenes de su sociedad; la política, la economía, el deporte y casi todas las actividades se contaminan con los dineros del narcotráfico y muy pronto se verán dirigidas por los más infames representantes del terror encumbrados en los principales puestos del gobierno y sus instituciones.
Todo esto es capaz de minar la confianza de los mismos miembros de las fuerzas armadas que al sentirse minimizados por el propio primer mandatario ya han manifestado su disconformidad con su liderazgo.
Espero que en nuestro país se esté mirando esto como ejemplo para no caer en tamaños desaciertos que terminan con destruir los fundamentos de lo que debe ser un estado firme en los principios de legalidad y ordenamiento jurídico que sostienen y dan bases al convivir armónico de los ecuatorianos.
Ojala estemos a tiempo de parar ese avance que como sabemos fue permisivo en la revolución ciudadana.
Foto y datos del abogado Naranjo