– “Juntoos, café para dooos…”
– ¡Cha madre! ¡Ya pues, compadre Ulbio! Deje de hacer ruido con esa voz de tarro vieja.
– ¡Ele! ¡Que´s pues, compadre Indiscreto! ¡¿Acaso uno no puede estar alegre?! Ya sé que no soy Julio Iglesias ni Maluma; pero uno hace lo que puede.
– O lo que no puede, ha de ser; porque, si hay algo que usted no puede, es cantar. Además, ¡¿qué es eso de: “Juntos, café para dos”?! Aquí los únicos que están juntos, y bien juntos, son los de la Junta Electoral.
– ¿Los de la nueva Junta Electoral?
– ¡¿Cuál nueva?! Si tres de los cinco vocales son cromo repetido, incluyendo a la que ya fue presidenta en los comicios anteriores, y unita que ya la designan por cuarta vez… ¡¿No ve?! Esta junta no tiene nada de nueva, en vez de “junta” debería llamarse más bien “yunta electoral”.
– Como quien dice, los mismos y los mismos… ¡Como que no hubiera más gente aquí en Pastaza!
– ¡Hasta que por fin dio una! Eso mismo es lo que le quiero decir. Y lo peor es que la quinta vocal es una jovencita que viene de otra provincia; ni siquiera es de Pastaza, recién graduadita del colegio, apenas bachiller, que ya nos la mandan para acá como vocal de la Junta.
– ¡¿Apenas bachiller?! ¡No diga eso, compadre! ¡Eso es un insulto a la inteligencia de los pastacenses! ¿Qué pensarán? ¿Que acá todavía andamos con taparrabos? ¿Que no hay gente capaz?
– Lo que pasa es que, como dice el dicho: “el que tiene padrino se bautiza”; esos ya son los amarres que vienen desde Quito, ¡y ya pues!, en las provincias se tiene que agachar la cabeza.
– Ya se avizoran fatales elecciones…
– Y hablando de elecciones, ¡¿no ve el escándalo que armaron los pachakutiks?!
– ¡¿Quéee?! ¡¿Acaso hubo alboroto?! Cuente, cuente. ¿Ahora qué pasó con los primos?
– Que, el día en que presentaban dizque a los candidatos para las primarias, resulta que también leyeron un reglamento que dice que no todos pueden votar, sino una delegación de apenas veinte representantes de cada cantón.
– ¡Ele! ¡Qué’s pues! ¡¿Acaso no habían acordado en asamblea que todos los militantes iban a votar?!
– Por eso mismo se armó el griterío por parte del candidato Marco Andino y sus seguidores, porque todo fue una treta para favorecer al candidato de la preferencia de los dirigentes, que es José Nango.
– ¡¿Otra vez Pepe Nango?! ¡¿Qué’s pues?! ¿No tendrán más gente? Ya creo que es la cuarta vez que le ponen y siempre pierde.
– Allí está el detalle, eso es lo que dijo Andino, que incluso el reglamento prohíbe que quienes ya han participado en más de dos oportunidades vuelvan a ser candidatos; pero esa parte ya no la leyeron, je je.
– ¡Chiii! Nos quejamos de Venezuela que todo está amarrado, si acá también se mantienen las mismas costumbres, y tanto que saben decir que hay que hacer lo que digan las bases, que las bases y las bases.
– Cuando les conviene nomás; cuando no les conviene bien que se olvidan de las bases. Y algo parecido pasa con los llamados de la Unida Popular y los Movimientos Sociales.
– ¡No me diga que también tienen su chanchullo!
– ¡Claro pues! Otra vez le ponen al Rulo Tello como precandidato a la Asamblea.
– ¡¿Otra vez Tellooo?! ¡Ya pues! ¡Son el colmo! Den la oportunidad a nueva gente, nuevos cuadros, nuevos perfiles, y no los que ya han hecho profesión el vivir solo de la política. Quieren vivir perpetuamente enganchados a la mamadera.
– ¡¿Ya ve compadre?! Eso le cuento para que vea que en todos lados se cuecen habas, no solo es con Maduro en Venezuela, aquí también hay dueños de hacienda y hacen lo que les da la gana y tenemos otros plátanos no tan maduros, pero igual se están pudriendo por llegar al poder.
– Es que solo nos gusta ver la paja en el ojo ajeno…
– ¡A usted le ha de gustar andar viendo pajas! ¡A mí no me meta en la manada! Que yo soy hombre serio.
– ¡Ele! ¡No sea así, compadre! No se me vaya por la tangente.
– Eso sí, yo soy tan gente pero no me gusta irme por donde va tanta gente; me gusta enterarme de lo que dicen todas las partes para sacar mis conclusiones, y no unirme al corifeo destemplado de una sola posición política.
– Bueno, ya se me puso solemne. Yo mejores me voy, porque puse a hervir unos maduros y ya han de estar hecho fraude, digo, colada.
– Vaya rápido que si se queman los maduros su mujer le da más duro, jeje.