Dos docentes de la Unidad Educativa Juan XXIII fueron reubicados en otras instituciones de manera arbitraria, según manifestaron, antes de ser denunciados cumplían con su carga horaria sin problemas, además que en donde están laborando ahora, desempeñan su trabajo en otras áreas.
“Si no me prueban el delito, yo sigo siendo inocente”, manifestó Hugo Urvina, quien además indicó que presentó una solicitud de amparo constitucional del cual no hay respuesta, de la misma forma hasta la fecha se investiga el supuesto maltrato psicológico de parte de él hacia una estudiante, evento que se denunció, ocurrió en la modalidad virtual.
En el Caso de Hugo Urvina solo existe la versión de la joven estudiante, más no hay pruebas, es por ello que el acusado sigue siendo docente en otro plantel educativo.
Por otro lado, en el caso de Luis Cherres, profesor de Lenguaje y Literatura, la denuncia que fue hecha por parte de un estudiante es algo similar; Cherres pidió de manera pública que se revisen los sumarios administrativos de tan solo los dos últimos años, procesos que siguen un protocolo administrativo en el Distrito de Educación, y que según el licenciado Luis Cherres, “se sanciona a conveniencia”.
Cherres fue acusado por “maltrato verbal y psicológico” a un estudiante; él ha presentado una solicitud en la Corte Provincial, el objetivo es que se compruebe que si hay violación constitucional, respecto a los derechos de los dos docentes, quienes insisten en que no se les ha sancionado bajo un debido proceso.
En uno de los casos Luz Samaniego, rectora de la Unidad Educativa Juan XXIII, fue sancionada por la omisión de realizar cursos de capacitación a los maestros con los temas de buen trato al estudiantado y viceversa, siendo esta una estrategia institucional que de manera obligatoria debía cumplir.
Mientras continúan los procesos que se han planteado seguir los dos docentes, ellos manifestaron que no desmayaran en la búsqueda de justicia en ambos casos, que para ellos han sido temas mediáticos en los que a la disciplina ahora padres de familia la llaman maltrato.