La extracción del oro sigue siendo la principal causa de muerte en las riberas de los ríos y sus afluentes en Napo, después de las paralizaciones de las operaciones mineras del 13 de febrero del año 2022, la realidad para las comunas y centros poblados que habitan en las riveras del Jatunyacu y el Napo, “las cosas no han cambiado para nada”, aseguran las poblaciones kichwas, quienes dicen estar en situación grave por los niveles de contaminación, experiencia que los ha dejado a merced del peligro, ya que según ellos su seguridad alimentaria es nula, y es que hace unos días se encontraron miles de peces varados entre rocas y escombros después de una creciente en el rio Anzu, afluente que alimenta a los ríos Jatunyacu y Napo , ellos aseguran que nunca antes se había visto cosa semejante.
Antecedentes de la contaminación
Entre 2021 y enero de 2022 la actividad ilícita de la minería ilegal fue comprobada gracias a la denuncia de colectivos ciudadanos registrados en noviembre de 2021, quienes comprobaron con fotografías y videos la presencia de cuatro retroexcavadoras en las playas del río Jatunyacu.
Poco tiempo tomó al Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), quienes después de las alarmas encendidas realizaron una investigación que reveló la devastación del Jatunyacu, que en más de 70 hectáreas de su brazo izquierdo mostraba a simple vista una deforestación y alteración de su ecosistema.
Ya para febrero de 2022, se corroboró la presencia de esta actividad ilegal en la Amazonía ecuatoriana, según el informe de MAAP, entre octubre de 2021 y enero de 2022 la minería ilegal había causado una contaminación a gran escala.
En el río Jatunyacu se observaba desde ese entonces el uso de grandes máquinas para procesar el material aurífero, además se verificó que ciertas herramientas afectaban y contaminaban gravemente al río; la actividad ilegal se extendía por la quebrada del Yutzupino hasta el Jatunyacu.
100 retroexcavadoras y unas 2000 personas removiendo el suelo del río Yutzupino.
En la comunidad de Yutzupino se pueden observar los efectos de la minería, la cual ha destruido y contaminado gravemente los ríos Jatunyacu y Yutzupino, Sylvia Villacís, especialista en Sistemas de Información Geográfica afirmó que el área afectada es de 87,5 % de toda la expansión minera ilegal que se dio entre 2021 y 2022, siendo esto revisado por las imágenes aéreas y satelitales difundidas en redes sociales entre enero y febrero de 2022, lo que mostró cómo la minería secó al brazo izquierdo del río Jatunyacu que tenía unos 3 km de longitud y unos 300 metros en su parte más ancha.
“¡La destrucción del hábitat es terrible!”, comentó Jorge Celi, ecólogo de la Universidad Regional Amazónica Ikiam, quien alguna vez explicó que el río Jatunyacu y sus brazos conforman la vía principal de migración de peces que vienen de la Amazonía Central como bagres, bocachicos o sábalos, estos que en su intento de cumplir con su proceso de reproducción no llegan a su propósito final y mueren al toparse con la contaminación.
Marcela Cabrera, ingeniera química y técnica de laboratorio de la universidad Ikiam, participó en un estudio de ecosistemas acuáticos este 2022, el que incluyó a los ríos Jatunyacu y Yutzupino, de acuerdo con su investigación, los niveles de cobre, hierro, aluminio, manganeso, plomo y zinc superaban hasta en un 500 % los límites permitidos en los ríos antes mencionados de acuerdo a la normativa ambiental.
Después del Operativo Manatí, todo sigue igual, asegura la ciudadanía
El 13 de febrero de 2022 se ejecutó el Operativo Manatí, una acción del gobierno para intervenir la zona impactada por la minería ilegal en la provincia del Napo.
En el operativo se hallaron retroexcavadoras abandonadas en las playas del río Jatunyacu y estacionadas en algunas fincas cercanas, además se decomisaron bombas de agua y motores; no se encontraron a mineros ilegales en delito flagrante, porque hubo fuga de información que los puso en alerta.
La asociación de guardias comunitarias indígenas (Yuturi Warmi), dicen “no queremos minería legal ni ilegal, ambas son destructivas”, lo repiten hasta la actualidad, en la que según ellas aún se la práctica a escondidas, por ello se ha visto a los peces muertos en cantidades incalculables en las cabeceras del Anzu, cosa que ha generado conmoción, pero no se ha contado con la presencia de las autoridades que indiquen que es lo que pasa dijeron, “solo vinieron a tomar muestras del agua, no nos han dicho los resultados, vamos a estar a la espera”, concluyeron.