María José Endara es PhD. en Biología y Ecóloga Evolutiva por la University of UTAH (Estados Unidos). Actualmente es parte del equipo del Centro de Investigación de la Biodiversidad y Cambio Climático (BioCamb) de la Universidad Indoamérica. En su trayectoria profesional ha participado en una serie de proyectos internacionales que le han servido para obtener premios y reconocimientos a nivel mundial (ver detalles www.uti.edu.ec), así como revisora de revistas especializadas como NatureEcology LettersNews Phytologist, Functional Ecology, Journal Ecology, Plan Ecology, entre otras. Como Docente dictó clases de Biodiversidad y Bioestadística en la carrera de Ingeniería en Biodiversidad y Recursos Genéricos de la Universidad Indoamérica (Quito); profesora invitada en la Escuela Politécnica Nacional del Ecuador en Biodiversidad y Uso Sostenible de Recursos Naturales. Asistente de cátedra del Departamento de Biología de la University of UTAH y cátedra de Flora y Conservación de las Islas Galápagos en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. En ese contexto, este mes la Dra. Endara volvió a ser noticia con el premio “Young Fellow” en la Academia Mundial de Ciencias y la obtención de una beca para financiar sus investigaciones conjuntas de la prestigiosa National Geographic Society y el programa AI for Earth de Microsoft.
1.- ¿Cómo surgió ese interés suyo por la ecología evolutiva?
El gusto por la ciencia natural empezó desde niña porque mi abuelo tenía una hacienda cerca de Nanegalito, en el Chocó Ecuatoriano. Crecí en un ambiente lleno de árboles. Me gustaban las caminatas de verano y me internaba en el bosque. Con mis primos colectando hojas, rocas e insectos.
2.- Ud. es una apasionada por la diversidad de los bosques tropicales, ¿ha logrado entender cuáles son los mecanismos que originan y mantienen esa diversidad?
Nos estamos acercando, hay muchas teorías acerca del origen y mantenimiento de la biodiversidad. La hipótesis que manejo, en mi línea de investigación que es las interacciones entre plantas e insectos, pienso que estamos más próximos a responder a esa pregunta. Sin embargo, me tomará el resto de mi vida y contribuiré con el conocimiento para que otros científicos sigan indagando.
3.- ¿Cómo ha sido su preparación académica, sus estudios, para entender las historias evolutivas de las especies? Su experiencia como docente.
Estudié Biología en Quito, en mi tesis de pregrado me enfoqué en el estudio de los árboles de guabas. Me di cuenta que ciertas especies de este árbol estaban en unos sitios y en otros no. Ese planteamiento me impulsó a seguir indagando. Apliqué a una beca en el 2008 en la Universidad de UTAH, mi tesis de doctorado fue acerca de la Amazonía. Así aprendí que uno de los paradigmas que existen en Biología Evolutiva es el hecho de que las plantas producen defensas para no ser atacadas por los insectos y éstos, a su vez, desarrollan mejores armas de ataque. Esa evolución genera nuevas especies de árboles (coevolución), en una interacción asimétrica. Este descubrimiento fue uno de los mayores aportes en la investigación para mi doctora. En mi postdoctorado me especialicé en metabolómica, para esto utilicé bioinformática para crear la información química de las plantas. En 2017 regresé al Ecuador y desde entonces trabajo como docente en la Universidad Indoamérica.
4.- ¿Cómo fue su incursión en la Revista Science y su publicación en 2019?
Fui la segunda mujer ecuatoriana en escribir en esta prestigiosa revista científica. Publicamos la investigación: “Herbívoros como impulsores de la dependencia de densidad negativa en plantones de bosques tropicales”. La premisa es que en los bosques tropicales crecen especies vegetales que podrían ser la cura para las enfermedades más agobiantes y masivas que afectan a la humanidad del planeta. De la diversidad amazónica proviene el 50% de las medicinas que se usan a diario. Y falta explorar más, estamos seguros que allí está la cura para el cáncer, incluso para el actual Covid-19.
5.- ¿Es posible crear una comunidad de cambio impulsada por los datos y la tecnología de punta, para conservar a la Amazonía?
Ese es uno de los objetivos de los proyectos que manejamos. Proponemos que los compuestos químicos bioactivos, de más de 6.000 especies de árboles que existen en la Amazonía, y que se descubran, además de usarlos en medicina, crearán una conciencia global de conservación prioritaria. Estamos trabajando en las bases de un macroproyecto futuro de bioprospección que generará réditos económicos para el Ecuador, fundamentado en la sustentabilidad.
6.- ¿La subvención de la National Geographic Society y el programa AI for Earth de Microsoft ayudan en el largo camino de esa búsqueda y la sustentabilidad?
La producción de miles y miles de datos y millones de variables para obtener los perfiles químicos de las especies, será posible mediante el uso de algoritmos de la Inteligencia Artificial, combinando Biología con la Ingeniería de Sistemas Computacionales y la Estadística. Esto es lo que haremos con la beca de financiamiento que ganamos por parte de la National Geographic Society y el programa AI for Earth de Microsoft en el concurso: “Herramientas de Inteligencia Artificial para un Planeta más Sostenible”.
7.- ¿Cómo se llama el proyecto presentado en asociación y en qué consiste?
El proyecto que presentamos y con el que ganamos el concurso se llama: “El ABC del Descubrimiento de Especies a través de Inteligencia Artificial, Botánica y Química”.
Vamos a crear una plataforma de libre acceso para todo el mundo, en donde depositaremos la información, nombres científicos, químicos hallados, distribución geográfica y otros datos, para que sean complementados por otros científicos en cualquier parte del mundo. Este trabajo de investigación empezará con 700 muestras de igual número de especies, ubicadas en parcelas en diversos puntos de la Amazonía ecuatoriana. Les haremos los análisis químicos y tomará más tiempo del previsto por causa de la pandemia del Covid-19. En dos años considero que tendremos ya la plataforma y los datos de las especies escogidas. Solo entonces expandiremos las indagaciones en la biodiversidad escondida y estoy segura que se descubrirán nuevas especies de árboles, pues hay sectores inexplorados.
8.- ¿Cuántas personas integran este equipo científico financiado por National Geographic y Microsoft?
Somos dos investigadores principales de Ecuador, dos de Estados Unidos y dos estudiantes de maestría y otro de pregrado.
9.- En cuanto a la Academia Mundial de Ciencias, ¿en qué consiste el premio que recibió denominado Young Fellow y por qué?
Cada año la Academia Mundial de Ciencias reconoce el trabajo de jóvenes investigadores a través del premio “Young Yellow”, para personas menores de 40 años y que recientemente acabaron estudios de doctorado y hayan hecho contribuciones significativas al conocimiento. La Academia Ecuatoriana de Ciencias me nominó y gané en la categoría de Sistemas Biológicos. Me siento muy orgullosa, pues la mayoría de miembros son hombres y solo el 10% somos mujeres. Solo tres ecuatorianos han conseguido ganar el “Young Fellow”, dos hombres y yo.
10.- ¿Considera Ud. que su labor de investigadora contribuye a la internacionalización de la Universidad Indoamérica como es su visión?
Por supuesto que sí. Ese es nuestro objetivo y agradezco profundamente el apoyo de nuestras autoridades, especialmente del Ing. Saúl Lara Paredes, Canciller. Ya somos un referente en el exterior y vamos a trascender con la investigación.