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El agua con popodrilos.

por Andres Ortega

Por: Edwin Mosquera G.

Nuevamente se hacen evidentes los reportes de contaminación en el flujo de agua en el Cantón del té y la pitahaya, pero recordemos que pasó hace aproximadamente 2 años atrás, cuando se rasgaron las vestiduras las autoridades administrativas y presentaron pruebas cuantitativas indicando que por poco y estábamos rodeados de agua bendita, es más que gozábamos de los mejores manantiales de captación para un abastecimiento óptimo del servicio básico.

Iniciemos indicando lo siguiente, primero existe una evidente presencia de metales pesados en las captaciones de agua que jamás han sido tomadas en cuenta,  simplemente se han obviado y por acto de magia se pretende que desaparezca, segundo claro que se tiene una minúscula planta de tratamiento, que a decir de los estudios estaba estimada para otorgar veinte y cinco litros por segundo de agua cuasi potable, de las cuales pare solo nueve metros, completando con un par de tubos adaptados a los de distribución, y tercero por más que se intente potabilizar o tratar el agua, si se siguen transportando por tubos viejos, contaminados y obsoletos a las viviendas, siempre va a llegar por goteo agua contaminada.

Entonces no se trata de aprovecharse del pueblo que lamentablemente eligió a esas autoridades y que de manera infame conociendo de su ignorancia en el tema, sigue metiendo los dedos en la boca y nuevamente, ha señalado que el dotar de un servicio básico por poco es un privilegio y que de los exámenes realizados gozamos de aguas de manantial, cuando los mismos caos de diarrea, gastroenteritis, disentería, inflamación y ulceración del intestino grueso se siguen evidenciando como pan de cada día.

En el argot popular se dice; “Los médicos tapan sus errores con tierra, los abogados con papeles, los cocineros con salsas y los arquitectos con plantas” ¿y los políticos mañosos? con mentiras, y mientras se sigan haciendo de oídos sordos y con ciudadanos complacidos seguiremos en el cuento de nunca acabar.

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