Por: Edwin Mosquera G.
Las ofertas en campaña se repartieron como cual volantes de prostíbulos, teniendo mejores propuestas promociones e inclusive pretendiendo tomar acciones que estaban fuera de sus competencias, es aquí en donde que nace la esperanza para el pueblo, cuando desmesuradamente se indica, estableceremos un precio justo para la pitahaya que beneficie a los productores y pondremos un precio oficial, entre aplausos y silbidos agitando las lanzas y las manos se condecoraron ganadores de la lid electoral, y ahora que carajos hacemos?
Pues bien, como antesala debo indicar que ya hace muchos años atrás se pretendía realizar esta herejía económica, pretendiendo establecer un precio fijo para el producto de alta producción en Palora, pero de igual manera nunca funcionó, esto obedece a un criterio socio económico, no a un criterio político, en junio del 2023 ya se estableció en la tercera asamblea regional de la pitahaya un estándar de precio que oscilaba entre los 2 y 3 dólares respectivamente.
Fuera del protocolario evento, la magnificencia de los asistentes y uno que otro más colado, se decía que no se permitirá que este precio baje y perjudique a los productores y que se hará respetar el precio oficial, pasaban los meses crecían las frutas y empezaban a dar los primeros esbozos del producto, la ilusión del agricultor, del exportador se veían en los ojos, pero y que paso con el plan de establecer un precio oficial.
Hay que entender el funcionamiento socioeconómico de la oferta y la demanda, así como la fluctuación del producto en base al mercado, no se puede pretender entorpecer los procesos económicos con la necedad de imponer una norma o resolución administrativo, imponiendo un precio que se cataloga en base a una dinámica nacional e internacional.
Regadas en el límite cantonal, pudriéndose en las matas o muchas inclusive perdiéndose entre las hierbas, quedaron las frutas maduras al no poder haber sido ofrecidas, porque en la oferta demanda no se pensó en la dinámica económica sino solo en la necedad de una autoridad, después de tal hazaña, en un comunicado oficial sentado desde el despacho del ayuntamiento, como dice el argot, hecho el culo al monte y se lavó las manos de su maravillosa actuación.
La autoridad que está administrando la cosa pública, debe ser quien se encargue de beneficiar a su pueblo, quién enfoque la promoción de su producto y que otorgue patrocinios a los productores, no quien imponga impuestos y trabas generando un entorpecimiento en los procesos de comercialización, un aplauso a este magnífico proyecto, que impotentes miran los productores como se exporta la fruta desde la región costera del Ecuador, así como desde Perú sin ofuscaciones políticas propios.