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El último milagro del redentor

por Andres Ortega

– Compadre Ulbio, ahora que ya empezamos el mes de marzo, mes que hace honor a la mujer en su día internacional, ¿sabía que Pastaza está entre las provincias con mayor índice de violencia intrafamiliar de todo el Ecuador?

– ¡Santo Cristo Redentor! ¡Me muero, no diga eso compadre Indiscreto!

– ¿Sabía también que estamos entre las provincias con mayor índice de muertes por accidentes de tránsito?

– ¡Santo Cristo Redentor! ¡Por los parachoques del mono! ¡Qué barbaridad!

– Y, ¿sabía que, tanto los índices de violencia como la mayoría de los accidentes de tránsito, son por exceso en el consumo de licor? Es decir, el trago es la causa de todos los males.

– ¡Santo Cristo Redentor! Bien que ya dejé el vicio.

– ¡¡¿Qué’s pues, compadre?!! ¡¿Por qué alude tanto al Santo Cristo Redentor?! Más parece el alcalde en campaña, con su promesa que no puede cumplir; la de construir un Cristo Redentor gigante; dizque, para atraer el turismo.

– Es que… pues… Para estar a tono con la nueva onda redentora del burgomaestre. Tanto que hablan del Cristo Redentor ya se me ha pegado, jeje.

– ¡Vaya por allá! ¡No sea bobo, compadre! Parece lora vieja repitiendo lo mismo y lo mismo. ¿Sabía, acaso, que ya no va haber Cristo Redentor?

– ¡Santo Cristo Redentor! ¡No me diga!  Y, ¿por qué dice que ya no va haber? ¿De dónde saca tremendo disparate? Si es promesa de campaña del Rambo.

– ¡Otra vez con el Cristo Redentor! ¿Que no sabe que es pecado nombrar a Dios en vano? Y usted lo está nombrando de gana… ¡Por las puras alverjas!

– ¡Ele chuta! ¿Y cómo el alcalde lo nombró durante toda la campaña, y hasta ahora mismo, y nadie le ha dicho que es eso es pecado?

– Por eso mismo, compadre, Cristo no le ha hecho el milagro. Y ahora dicen que no cuenta con los recursos para el monumento, ya que su aspiración era que la CTEA le financie los cinco millones. Pero la nueva ministra dizque le ha dicho ¡NONES!

– ¡Ele! ¡¿Y por qué ah?!

– Porque dice que es demasiado solo para un monumento. Que eso no es un servicio básico elemental. Que con eso más bien podría construir diez sistemas de alcantarillado en diferentes provincias o dotar de veinte sistemas de agua potable a diferentes comunidades, y quizá mucho más. ¿Cómo le quedó el ojo compadre?

– ¿O sea que sería otra promesa de campaña incumplida?

– Dicen que más milagrosa era la anterior ministra de la Amazonía, la Llori, porque llevaba el mismo nombre que la virgencita de Guadalupe. Ella dizque le había ofrecido darle los cinco millones. ¡Pero ya pues! Con el cambio de gobierno se nos fue la Lupita.

– ¡Chuuuta! ¡Cómo se nos ha de ir la Lupita antes  de que deje haciendo el milagrito!

– Y esta nueva ministra ha dicho que solo va a priorizar proyectos que signifiquen obras básicas, nada de monumentos, ni estadios, ni parques.

– Más lo que el alcalde la recibió con los brazos abiertos, entregando las llaves de la ciudad, llenándola de regalos y artesanías, entre danzas, chicha y buena comida. ¡Ele! Resultó más bien una menestra. Le bailó bonito y no le dio nada.

– Resultó lo mismo que cuando le trajo al ministro Zapata. Así mismo lo recibió con bombos y platillos, regalos, danzas y artesanías. El ministro cogió los regalos, se llevó las artesanías y se fue comiendo bien, bebiendo bien y nunca llegaron los patrulleros, ni la sala del ECU 911 que fue ofreciendo.

– Salado el alcalde con estos menestros. ¡¿Y ahora compadre?! Si el mismo Cristo no le hace el milagro.

– Por eso mismo, compadre, ya se escuchan voces de que van a pedir la destitución del alcalde y el prefecto por incumplimiento de promesas de campaña. A estas alturas ya solo un milagro los puede salvar.

– Hasta ahora el único que lo salva al Alcalde, es Wilfrido Aragón, haciendo pequeñas obras por las comunidades. Pero eso porque vienen con piola, ya que quiere volver a ser candidato, ese resultó más vivo compadre, y sabe que hay que dar para recibir, que hay que sembrar para poder cosechar después, jeje.

– Bueno, como dicen que no hay que perder la fe, hay que creer en los milagros, a veces los milagros se dan a último momento. O si no pues… ya nos quedamos sin monumento.

– Ahí está la falla compadre, allí es donde la puerca tuerce el rabo, porque si tú no eres hombre de fe, que no practicas la religión, que no vas a misa… ¿Entonces? ¿Cómo puedes esperar un milagro?… ¡¿De dónde “pecata mea”?!

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