– ¡¿Y esa cara, compadre Indiscreto?!
– Pues, qué tiene mi cara; esto que está viendo es mi expresión de sorpresa. Estoy sorprendido, compadre Ulbio.
– ¿Y por qué está sorprendido, pues?
– Por las sorpresivas resoluciones tomadas por el COE Cantonal de Pastaza, pues compadre.
– ¡¿Sorpresivas?! ¡¿Y qué es lo que le sorprendió, pues?!
– En primer lugar, fueron anunciadas en la noche; y resoluciones tomadas en la noche sí que toman por sorpresa. Luego, las restricciones que estarán vigentes hasta fines de mayo; todo por consejo técnico de los técnicos de la mesa técnica.
– Y… ¿cuáles van a ser esas restricciones, compadre?
– Se cierran los bares, licorerías, canchas de voley, complejos deportivos, gimnasios y lo peor de todo que también se cierran esos lugares donde se juega con palitos, las bolitas y huequitos…
– ¿Los chongos?
– ¡Los chongos, los chongos! Me refiero a los billares, compadre morboso.
– ¿O sea que los chongos no se cierran? ¿Van a seguir abiertos de par en par?
– Para decepción suya, esos antros de perversión son los primeros en cerrarse.
– Pero… ¡¿Qué dice, compadre?! Yo no frecuento esos sitios, si le oye mi mujer me mata. A lo mejor usted sí que es cliente asiduo.
– Pues, fíjese que no; y no lo hago por santo, sino por no encontrarme con autoridades y políticos, que de seguro van a allí a calmar el estrés.
– ¿Y por qué no quiere encontrarse con autoridades y políticos?
– Porque ya chumaditos se ponen pesados y comienzan a reclamarle a uno cosas como: por qué me criticas, acaso yo he dicho eso, me hiciste pelear con mi mujer, etcétera.
– Bueno, bueno, y ¿qué otras restricciones han dispuesto?
– Prohibir el expendio de bebidas alcohólicas en tiendas, supermercados y restaurantes…
– ¡Ele! ¡Eso es lo que le ha de haber sorprendido a usted!
– ¡Que’s pues! ¿Insinúa que soy borracho? Para que usted sepa, yo no soy ningún borracho… Bueno, solo cuando tomo trago.
– Pues a mí me han contado que usted va a la licorera a comprar veinte litros de vino, pero no lleva envase porque el envase es usted mismo, jejeje.
– Pues, en cambio a mí me han contado que cuando usted llega ebrio y no atina como entrar a la casa, sale su mujer a la ventana y le dice: “¡Ele! ¡Otra vez borracho y no encuentra la llave! ¿Quieres que te lance la llave?”. Entonces usted le responde: “¡Mejor lánzame la chapa que es lo que no encuentro!”
– Esas son patrañas; bueno, mejor sígame contando sobre las restricciones.
– Además, en tiendas y supermercados se prohibirá el ingreso de niños, adultos mayores, mujeres embarazadas y demás personas vulnerables. Solo podrá ingresar un miembro por familia.
– Como quien dice: serán supermercados tres equis; prohibidos para menores, jejeje.
– Bueno, y una serie de medidas adicionales como la suspensión de entrenamientos en escuelas deportivas, la realización de eventos de concentración masiva y las actividades recreativas en balnearios, diques y piscinas.
– Con tal que no nos prohíban sonreír, compadre.
– Los que sí parece que tenían prohibido sonreír eran los miembros del COE; era de ver la cara de acontecidos que tenían todos ellos: el alcalde, la directora de Salud, la gobernadora que estaba como invitada.
– No es para menos, compadre; la situación se ha puesto muy crítica y dramática.
– Tiene toda la boca llena de razón, compadre. Y ya es hora que nos pongamos conscientes y por favor hagamos caso a las recomendaciones de nuestras autoridades.
– A los jóvenes que dejen de andar en pendejadas como esas tales “caídas” ni sé qué…
– Así es, compadre; debemos cuidarnos a nosotros mismos así como unos a otros. Nuestros familiares y amigos están muriendo… ¡Esto es una catástrofe!
– ¡Uy! ¡Sí! Esto está peor que la guerra… ¡Ni en las guerras del Cenepa, de Paquisha y del 41 juntas ha muerto tanta gente.
– Sí pues: ojalá hagan caso estos guambritos y dejen de ser llumis. Solo con el esfuerzo solidario de todos podremos derrotar a este virus que está desenfrenado y nos tiene consternados.