Según el dato proporcionado por la Delegación Electoral de Pastaza (CNE) el padrón electoral para las elecciones generales del próximo 9 de febrero de 2025 en la provincia de Pastaza ha revelado una cifra total de 82.624 personas habilitadas para votar.
Esta cifra refleja la importancia del proceso electoral en esta región, donde los ciudadanos de los cuatro cantones: 61.37, cantón Mera: 10.2013, cantón Santa Clara: 4.570, cantón Arajuno: 6.374. Por lo que, la mayoría de la población se concentra en el cantón Pastaza con el 74%.
El cantón Pastaza concentra la mayor cantidad de votantes, con un total de 61.379 personas registradas, lo que representa un 74% del padrón total de la provincia. Este dato sugiere que las campañas electorales en esta jurisdicción serán particularmente intensas, ya que cualquier candidato que aspire a ganar deberá asegurarse de captar el mayor porcentaje posible del voto pastazense. La ciudad de Puyo, que se encuentra dentro de este cantón, será el epicentro de la actividad política debido a su alta densidad poblacional y su papel como centro urbano principal.
En contraste, el cantón Mera cuenta con 10.201 electores, seguido por el cantón Arajuno con 6.374 y Santa Clara con 4.570. Aunque estas cifras son menores en comparación con Pastaza, no se deben subestimar. Los votos en estos cantones pueden ser decisivos, especialmente en una elección donde cada voto cuenta y las diferencias entre los candidatos pueden ser mínimas. Las campañas en estas zonas, aunque menos masivas que en Puyo, deberán enfocarse en temas específicos que afectan a estas comunidades, como el acceso a servicios básicos y el desarrollo rural.
Un aspecto crucial a considerar es la distribución geográfica de los votantes. Aunque una parte significativa de la población se concentra en áreas urbanas, especialmente en Puyo, las zonas rurales también juegan un papel fundamental. En las comunidades más alejadas, el voto de las minorías puede inclinar la balanza en favor de uno u otro candidato. Por ello, los aspirantes a cargos públicos no pueden permitirse ignorar estas áreas, y deberán adaptar sus mensajes y estrategias para conectar con las necesidades y preocupaciones de los habitantes rurales.