Inicio Entrevistas ENTREVISTA: ¿Una nueva Constitución contribuye a solucionar los problemas del país?

ENTREVISTA: ¿Una nueva Constitución contribuye a solucionar los problemas del país?

por Andres Ortega

Veinte constituciones han tenido el Ecuador desde la creación de la República desde 1830. Sin embargo, los problemas del país continúan.

Con el ex asambleísta constituyente Marco Tulio Restrepo, hicimos un recuento de la historia de las Constituciones que se realizaron desde el siglo pasado. Él participó en la de 1998.

Para empezar, enfatiza que uno de los problemas de fondo en la cultura política ecuatoriana es tener una democracia débil, donde la novelería hace creer que, expidiendo una nueva ley o constitución, los problemas desaparecen automáticamente. Es una democracia que cree que el país se refunda con la autoridad de turno. Esto se puede apreciar incluso, a nivel de las provincias, cuando hay cambio de autoridades, en los Gobiernos Autónomos Descentralizados.

En la práctica, las cartas magnas se han convertido en un instrumento para que las mayorías impongan su visión al resto del país.

En el marco del diálogo, recordamos que la constitución de 1978 se redactó, por una junta de notables, previo al retorno del Ecuador a la democracia. Dicha constitución funcionó por el lapso aproximado de 20 años, ya que, tras el derrocamiento de Abdalá Bucaram en 1996, el presidente interino Fabián Alarcón convocó a una Consulta Popular, para la redacción de una Constitución limitada. Es decir, que no sea de plenos poderes. El proceso para la redacción de esta carta magna tardó 15 meses en su conformación y concluyó en el año de 1998. No fue tan expuesta a la opinión pública y tampoco tuvo mayor cobertura mediática, aunque si hubo la participación de representantes de colectivos ciudadanos en los debates de los temas cruciales. Sin embargo, la fuerza de los movimientos sociales se hizo más evidente en la constitución de 2008.

Sin apasionamientos, nuestro invitado sostiene que otra constitución, no será positiva para el pueblo, sobre todo porque estamos, en una sociedad dividida.

Considera que toda constitución es perfectible, la de 1998 tomó en consideración ciertos derechos necesarios como la plurinacionalidad, en tanto que la de 2008 amplió los derechos, terminando por ser farragosa (tiene muchos artículos). No obstante, pretender otra constitución, a la fecha, es un riesgo porque podría pasar lo mismo que en Chile, que luego de los respectivos procesos, cuando el pueblo debía aprobarla en referéndum, no se dio paso, lo cual resultó en un desperdicio total.

Es más adecuado optar por otras vías como la reforma constitucional si se requiere realizar cambios necesarios.

Opina que el asunto de fondo es el apetito voraz por la privatización de los sectores estratégicos del Ecuador y por eso la insistencia de conformar una nueva constitución. Además de ser esta, una exigencia incluida en la carta de intención emitida por el Fondo Monetario Internacional.

Tampoco hay claridad y ni si siquiera se ha dado a conocer los puntos relevantes a ser tratados. Todo lo cual, es una inversión de tiempo, dinero y recursos, de manera innecesaria.

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