Hijo de un colono de cepa e ilustre ciudadano que en su memoria un estadio lleva su nombre (Víctor Hugo Georgis). Nuestro invitado al Personaje de la Semana también ha dejado un importante legado en diferentes ámbitos.
Franklin Georgis nacido en Puyo, siempre se destacó en el deporte. En su momento, tuvo el privilegio de recibir entrenamiento con la gloria del fútbol Alberto Spencer. Por su desempeño iba a firmar un contrato con la Universidad Católica, para jugar de modo profesional, con salario, pero el servicio militar obligatorio frustró ese destino.
Recuerda con nitidez aquel día que llegó un vehículo militar con hombres armados que ingresaron a su casa y le indicaron que debía ir con ellos al cuartel. En esos tiempos, de nada servían las excusas o los llantos sean propios o de los familiares, así que tuvo que cumplir. Tiene muchas anécdotas de su paso por la selva inhóspita con aspectos buenos y malos. Tuvo que comer carne de monte, como lagarto, mono, tortuga y boa. Así era la vida de los conscriptos.
Luego del cuartel, ingresó al magisterio como profesor de educación física, rotando por diferentes planteles, pero fue en la Unidad Educativa Andoas, donde entregó la mayor parte de su vida laboral. Al principio ingresó como bachiller y luego fue estudiando hasta obtener títulos de tercero y cuarto nivel.
El deporte le ha dado grandes satisfacciones y se siente bendecido por la vida ya que le ha ido bien en todas las actividades en las que se ha desempeñado. Nunca fue codicioso por lo que no es rico. Considera que su mayor riqueza es su familia.
En lo político, fue concejero provincial y al igual que otras funciones que ha desempeñado en la Federación Deportiva de Pastaza, Unión Nacional de Educadores, Cooperativa de Educadores entre otras instituciones, salió, como ingresó. Es decir, sin ningún centavo que no le corresponda. Pese a que la corrupción pulula, se mantuvo firme, sujeto al valor de la honestidad ya que eso le enseñó su padre y ese mismo ejemplo quiso transmitir a sus hijos.
También tiene un pasaje de su vida que lo dedicó al glorioso Club Cumandá con el que alcanzaron el título nacional de Clubes Amateur, logro único e irrepetible. El volley fue otro deporte de sus amores que le dejó grandes satisfacciones como el hecho de haber recorrido todo el Ecuador.
Lamentablemente por cuestiones inherentes a su salud, tiene prohibido agitarse por lo que ha dejado de practicar toda disciplina deportiva. Finalmente, armó un emprendimiento que despuntó de modo interesante como fue “La Terraza del Cangrejo” único local de Puyo dedicado a preparar platos con base a cangrejo. Lamentablemente por la pandemia tuvo que cerrar sus puertas y al momento está en espera para su posible re-apertura.
Su mensaje a la juventud es que aprovechen esos años para dedicarse al trabajo, al estudio y al deporte, que conserven la humildad y cultiven la virtud de la paciencia para alcanzar el triunfo, siempre pensando en el bien, primero Dios y después la familia.