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Ganaron los zurdos hijos de pu…

por Andres Ortega

No hace mucho tiempo Uds. recordaran en Davos, una extravagante melena de león, en un refinado traje negro combinado con una camisa gris oscura y una corbata larga negra, y aquellos ojos celestes que parecían que hervían en sangre cuando se escuchó en pleno discurso de Milei que se escuchó: «No sólo no les tenemos miedo, sino que los vamos a ir a buscar hasta el último rincón del planeta en defensa de la libertad. Tiemblen, zurdos hijos de puta», cuando defendía aquel saludo fascista en donde Elon Musk hizo un polémico saludo que fue señalado como ‘nazi’.

Poco más de 7 meses posteriores se ve reflejado el vaivén o la oleada alternativa típica de Latinoamérica, en donde nuevamente se observa que los gobiernos de derecha no son la solución a las crisis estatales, si no quienes boicotean el poder, que generalmente son aquellos a quienes se les quita el poder, o más conocidos como los mismos de siempre.

El representante de la alianza fue desvirgado en posición de Gaia por su contraparte en las elecciones seccionales, pero el acto placentero no solo deviene en la revelación de un pueblo cansado de unos pocos meses de gobierno y seguir en la mierda, si no la equiparación de gobernabilidad entre dos movimientos marcados en la Patria albiceleste que solo con los datos de las elecciones se evidencio:

El índice S&P Merval de las acciones de las empresas líderes que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires abrió con una fuerte caída del 12,47%; Luego, por la tarde del lunes cerró con una caída aún mayor, del 13,25%; También el índice general S&P BYMA abrió con un desplome del 12,38%; Mientras que el dólar dio un salto y cotizaba en el techo de la banda de flotación establecida por el gobierno en medio de una fuerte volatilidad; El dólar avanzó 5,3%, a 1.460 pesos argentinos por billete verde; Por si fuera poco, el índice de riesgo país para Argentina que elabora el banco JP Morgan superó los 1.000 puntos básicos.

Aquí existen dos aristas, pero con un fin común, el triunfo de Kicillof, que derrota al gobierno de ultraderecha de Milei, pero también la imposición frente a un Kirchnerismo en decadente, el fin justifica los medios, en definitiva, no se trataba de escoger entre ser diestro o zurdo, si no en derrotar al capataz con melena.

Lamentablemente los seres humanos somos así, olvidamos mientras exista pan y circo, y entre la incertidumbre que da un raciocinio delirante consecuencia de un entorno social retorcido, tal vez muy pronto nuevamente se alternaran los gobiernos como direccionales (izquierda y derecha), cuando ya en varias ocasiones se ha observado a nivel mundial que aquellos que tienen poder solo buscan más poder y nunca actúan de manera altruista por su pueblo, más bien están dispuestos a pasarles la cabeza; en conclusión una conducta de gobernabilidad o de manejo de la cosa pública no te da una melena o una corona de plumas, si no la capacidad intrínseca como ser humano y la complementación con tu preparación personal y de conocimiento.

Edwin Mosquera G.

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