Los propietarios de gimnasios, a través de la Federación Ecuatoriana de Físico-culturismo, desde el mes de mayo, formaron un protocolo e iniciaron las gestiones y movilizaciones que les permita volver a funcionar.
Fue un largo camino recorrido para que el COE Nacional apruebe la re-apertura de los establecimientos, asunto que fue dado a conocer la semana pasada, en la reunión mantenida con las autoridades del municipio, como hizo referencia, el representante de los físico-culturistas en Pastaza, Juan Pablo Jaramillo.
El permiso de funcionamiento corre desde las 5 de la mañana hasta las 10 de la noche. Las medidas de bioseguridad consisten en el distanciamiento entre las máquinas (mínimo de 2 metros), las mismas que deberán ser desinfectadas de modo permanente (con amonio cuaternario), el uso de la mascarilla y sobretodo ventilación abundante y natural. Al ingreso se procederá con la limpieza del calzado y la toma de temperatura de cada uno de los usuarios.
Le consultamos sobre la funcionalidad del uso de la mascarilla, toda vez que resulta molesto hacer ejercicio con esta prenda, a lo que respondió que, durante los ejercicios de peso muerto, que requieren exigencia pulmonar, los deportistas deberán usar respiradores con filtros para que puedan expulsar el CO2.
El aforo permitido es del 30% lo que afectará a la normal rentabilidad del negocio, sin embargo, Jaramillo expresó estar contento de poder trabajar, ya que es peor, seguir con las puertas cerradas. Destacó que el ejercicio acompañado de una buena alimentación contribuye a mantener el cuerpo saludable para afrontar cualquier tipo de enfermedades.
De manera personal nunca se le paso por la cabeza cambiar de actividad económica debido a que la inversión realizada para la adquisición de los equipos fue cuantiosa (GT).