Mientras en Quito se firmaba el acuerdo de paz que ponía fin a la medida de hecho, los manifestantes regresaban a sus casas y las actividades poco a poco retornaban a la normalidad en todo el país; en la provincia de Pastaza por el contrario, las nacionalidades se mantenían en resistencia, no se iban, mientras no se hiciera efectiva la renuncia del gobernador de Pastaza el abogado Stalin Ramos.
Esta condición, era un pedido que lo venían exigiendo en los últimos días, a raíz de los sucesos del pasado martes 21 de junio, que cobró la vida de Byron Guatatoca, uno de sus compañeros de la Comuna San Jacinto, que falleció aparente por un impacto de perdigón de una bomba lacrimógena, disparada por uno de los miembros de la policía nacional.
Hecho que despertó la ira de los manifestantes quienes responsabilizaron al gobernador de ser el primer culpable de la muerte de su compañero, por ello no levantarán la medida hasta que no se haya ido para su casa.
La tarde del jueves 30 de junio, aún conociendo ya la terminación del paro, realizaron una nueva marcha que inició en la vía Puyo – Macas, a la altura del ingreso al barrio Los Ángeles, recorrió las calles del centro de la ciudad y terminó en los bajos de la Gobernación de Pastaza. allí, volvieron a ratificar nuevamente su decisión de permanecer en la medida de hecho, hasta que renuncie el Gobernador.
La renuncia se hizo pública en horas de la tarde y a las 17:00 el documento llegó a manos de los manifestantes. Pero estos a su vez, se quedaron un día más en sus lugares de movilización, a espera de sus compañeros que venían desde la ciudad Quito y también, según dijeron, buscando consensos para la conformación de una terna que será enviada al Ministerio de Gobierno para la designación del nuevo gobernador de Pastaza.
Para el día 1 de julio, la ciudad amaneció más tranquila, el tránsito en todos los puntos se había habilitado, el comercio poco a poco comenzó a reactivarle y la ciudad a retomar su ritmo habitual. Los compañeros de las nacionalidades, se despidieron agradeciendo la comprensión de los ciudadanos y el apoyo que recibieron de muchos sectores, aclararon que no vinieron para destruir la ciudad, ni enfrentarse pueblo contra pueblo, sino todo lo contrario a luchar por la reivindicación de sus justos derechos”.