A raíz de que hace dos años le detectaron un tumor en el cerebro, Jaime Taipe, un latacungueño de 66 años, decidió compartir más el tiempo entre su oficio de zapatero y la afinidad que tiene por la música.
El hombre, radicado en Ambato hace 38 años, toca la guitarra, el arpa y emite sonidos soplando hojas de aguacate.
Esta última inquietud le surgió después de ver a otras personas que “hacían música” con la hoja del capulí, entonces él comenzó a practicar hasta que de a poco perfeccionó los sonidos.
Fue un proceso de autoaprendizaje, refiere.
Taipe recuerda que en alguna ocasión lo llevaron como artista invitado a una fiesta de los tsáchilas, en Puerto Limón, donde preveía deleitar con las melodías que producía con la hoja de capulí, pero al momento de la presentación esta se había marchitado pronto y la presentación se truncó.
Esa anécdota lo llevó a plantearse la idea de buscar otra alternativa que le sirva en todas las regiones del país.
El artesano menciona que experimentó con hojas de naranja, limón y mandarina, pues estaba empeñado en dar con la opción que le permita alcanzar las notas musicales adecuadas.
Así llegó hasta la hoja de aguacate que obtuvo de un árbol plantado en el patio de su casa, sitio en el que tuvo su primera audición, la que lo dejó satisfecho con los sonidos que alcanzó soplando.
Taipe comenta que para él, la música es una especie de terapia que hace más llevadera su enfermedad, que lo mantiene con empeño
A pesar de que por el tumor que tiene en el cerebro perdió la visión en el ojo derecho y apenas tiene el 40% en el izquierdo, no pierde el gusto de hacer música en los diferentes escenarios en los que tiene presentaciones por contratos o invitaciones.
“Ahora veo con los ojos del alma”, expresa optimista. (www.eluniverso.com)