“Un candidato debe tener la suficiente madurez y dinero para llegar a sus simpatizantes”, fueron las primeras palabras que escuché de un caballero, que nos permitió adentrarnos como medio de comunicación a los recorridos que hacen estas agrupaciones en territorio, en este proceso de campaña electoral para elección de autoridades seccionales.
En las comunidades es inaudito llegar sin nada, nos había dicho otra dama, refiriéndose al nivel de pobreza que a diario se encuentra en cada rincón a donde los candidatos deben apuntar para obtener votos, “no son puntos seguros para nosotros, la gente es muy persuasiva, si hoy les dejamos una gorra, mañana vendarán otros candidatos y les darán de comer, más eso les harán emborrachar, y de ahí se jode todo”, aseguró Juan Miranda, quien de la misma manera, dice ser un tiempo muy precario económicamente hablando.
Las militancias que se encarga de la logística de cada candidato en donde nos aventuramos hacer algunas entrevistas, fue muy persuasiva, trataban por todos los medios posibles evitar dar tantas cosas de entre las que tenían, pero aun así la gente reclamaba por algo, mientras algún candidato hablaba y socializaba su propuesta de campaña, “más sea dejen un caramelo para los guaguas”, hablaban las mujeres en idioma kichwa, en otro cantones de Napo, en cambio, aparentemente si ameritaba entregar un par de sodas a las personas que trabajaban en mingas y bajo el sol, oportunamente era factible que un candidato les pasara visitando y de paso pueda compartir con ellos un refresco, de hecho hasta el político se sumaba a mezclar cemento para una fundición de piso.
De todo miramos como asiduos comunicadores, quienes buscamos parte de una verdad que muy pocas veces se cuenta, este mero hecho de ver el derroche de tantas cosas que se comen o se pegan en las paredes nos cuestionaba sobre hacer este reporte, investigado y analizado.
Las multas de los candidatos
Si bien se había socializado antes de la entrega del presupuesto electoral a los candidatos y su equipo de finanzas el detalle del gasto, internamente ellos han asumido el desafío de no pasarse la franja de la asignación que recibieron en el concepto que representa imprimir pancartas y volantes, “de eso si sacamos facturas”, dijeron, “pero de las vacas que damos para cierre de visitas a comunidades grandes o cantones, eso no se contabiliza, esos son gastos necesarios, son temas que manejamos bajo un registro nuestro sin que las autoridades intervengan, nadie nos está supervisándonos en eso, (risas), el CNE, no sabe de esto”, aseguró otro adherente de una organización política que entregaba a los comuneros lo que a ellos en ese momento se les apetecía.
Gorras, camisetas, caramelos, licor, comida, víveres, volantes afiches, etc., fueron algunas de las cosas que miramos se entregaba en casi todos los lugares a donde llegaban los candidatos; en otros sitios en cambio, solicitaron bajo oficio la guarnición con la que esperaría a los políticos, el menú posteriormente lo cocinaron para servirlo después de la socialización de la propuesta de campaña, la idea era compartir un pequeño aperitivo de lo que habían logrado recibir.
Los menús eran arroz con carne de res, en otros casos arroz con tallarines y atún; el menú variaba según las posibilidades de los candidatos y su cúpula, para los que menos recursos económicos tenían, el dejar en el campo pan con refresco demora también era una opción que no se despreciaba.
Gastos que se recuperarán.
Bachita Loor, otra de las damas que nos permitió hacer las entrevistas de entre su grupo de apoyo a cierto candidato en Napo, nos contó que este tiempo ha sido desgastante, económicamente hablando, así como también anímicamente, llevar hasta el final de la campaña una contabilidad, según ella no se podría, “son tantos los gastos y en cada momento, las compras son a cada rato, nos piden de todo”, dijo.
Según Bachita y Juan, este gasto se recuperará, pero solo si gana el candidato o parte de su plataforma, sin embargo, es una suerte hachada a juego, es impredecible, “el electorado discrepa y tiene muchas cualidades, y quizá la más fuerte, es que a las cosas con las que se pretende seducir el voto, se debe sumar el discursos que maneje el candidato”, manifestaron, a veces un plato de comida y una camiseta no es todo, dijeron, eso se complementa con lo que el candidato hable y prometa.
Mientras tanto, las dádivas son a todo nivel, dejando los bolsillos ya casi en la quiebra de los candidatos, personas que por ahora tratan de ser puntuales en lo que dan y lo que dicen en cada visita hecha a las comunidades, sitios a los que no pueden llegar con las manos vacías.