– ¿Y usted de qué está viviendo últimamente, compadre Indiscreto?
– Como no queda más remedio, estoy viviendo del cuento, compadre Ulbio.
– ¡¿Y a poco se puede vivir de eso, compadre?
– ¡Claro pues, compadre! Ser cuentero es la profesión más rentable; nomás pregúntele a nuestros asambleístas.
– A ver, a ver… ¡Échese un cuento!
– Verá, resulta que en una cueva donde viven miles de murciélagos un día llegan dos murciélagos nuevos; todos les quedan mirando extrañados. El jefe de la cueva le pregunta a uno de los dos: -¡Eh, tú! ¿Cómo te llamas?-. A lo que el interpelado responde tímidamente: -Muti, señor-. Entonces el jefe vuelve a interrogar: -¡¿Muti?! ¿Muti qué…?-. -Mutiélago, señor- contesta.
– ¡Mutiélago!… jajajaja; ahora sí que me ha hecho reir. ¿Y qué pasó con el otro murciélago?
– Bueno, que también el jefe se le acercó y le preguntó: -¡Y tú… ¿cómo te llamas?-. A lo que responde: -Otto, señor-. -¡¿Otto?! ¿Otto qué…?-. -Otto mutiélago, señor-.
– ¡Otto mutiélago!… jajajajajajaja… ¡Qué mi compadre!
– Oiga, compadre; y hablando de quirópterus malignus…
– ¡¿De quéeeee…?!
– “Quirópterus malignos”; me estoy refiriendo a los murciélagos pero en términos científicos, compadre… ¡Pero, usted qué va a saber de esas cosas!
– Este… bueno, compadre… Usted sabe que nos soy bueno para la geogarfía.
– “Geografía”, compadre; pero, no me cambie la conversación… Chuta… ¡Ya me hizo olvidar lo que le quería decir!
– Estaba hablando de los helicópteros malignos…
– Ah, los quirópteros, compadre. Pero le decía que a propósito ¿supo usted de la visita del Otto?
– ¡¿Del Otto mutiélagooo?!
– No, del Otto Chuachesneguer… o ese del apellido impronunciable…
– ¡Ah, del vicepresidente!… ¿Vendría pues a visitarnos?
– ¡Claro pues, compadre! El jueves anterior estuvo aquí vivito y coleando; pero vino casi que con las manos vacías, apenas entregó unas cuantas mascarillas al hospital, han de ser las pocas que dejó el Agdalá.
– ¿Solo mascarillas? Y a lo mejor eran de las más baratillas. Oiga, ¿y qué dijo de la saturación del hospital?
– Dijo que está bien; que no está saturado sino llenito nomás, jejeje. A quién si le vimos llenita fue a la Gober, que ha subido unos cuantos kilitos. ¡La cuarentena ha de ser! O al menos está llena de aspiraciones, porque ya suena su nombre para la Asamblea Nacional.
– Ah, claro y ha de haber aprovechado para sacarse la fotito junto al Otto. ¡Para mí que estas visitas son pura campaña electoral. ¿Usted qué opina?
– Bueno, no hay que ser malpensados, compadrito. Aunque da la casualidad que justo ese mismo día asoma en Pastaza el Movimiento pro «Otto”.
– ¡¿Otto mutiélago?!
– ¡No! “¡Otto Presidente!”. Así que vino a promocionar su buena imagen, aunque más bien nos votó minimizando a los pastacenses.
– Oiga compadre; otro que dizque está llenito es el alcalde Oz, que está tercero a nivel nacional en aceptación por su gestión.
– ¿Y quién lo dice?
– Por ahí dizque anda una desinteresada encuestadora midiendo la popularidad de las autoridades seccionales. Y ahora nuestro alcalde que ganó las elecciones con un 45% dizque ha subido al 55% y al 60% en fama por el buen manejo de la pandemia.
– Bueno, si la encuestadora hizo sus mediciones al peso podría estar de acuerdo. Pero, dígame usted compadre: ¡Quién puede estar feliz de esta terrible situación y andar dando popularidades a nadie! Si todos estamos ocupados en sobrevivir.
– Como usted dice; ha de ser la cuarentena la que anda haciendo subir; pero solo a los ricos, porque los pobres uuuuuuuh, cada día más flacos.
– Así es compadre, y los funcionarios no deberían envanecerse por encuestadores que ya engañaron al anterior alcalde y quierde, quedó quinto. Más bien deberían ponerse a trabajar de veras porque lo único que está subiendo es el número de contagiados y los muertos por Covid 19 y no la popularidad de nadie.