Puyo se ha establecido como la puerta a la Amazonía, pero también enfrenta la desdicha de que sus autoridades no respetan la naturaleza, incluidos sus árboles. Durante la actual administración municipal, varios árboles en la zona urbana han sido talados, afectando lugares como la Plaza México, la Plaza José Garcés y las áreas alrededor del Estero Citayaku.
En la Plaza México, se instalaron árboles metálicos que reemplazaron a las especies naturales, generando críticas entre los ciudadanos.
En julio de 2020, el Municipio del Cantón Pastaza taló los árboles de la Plaza México para permitir la regeneración urbana, sin incluir la arborización en el proyecto.
Expertos en regeneración urbana, como el arquitecto Edison Benítez de Puyo, mencionaron que los intereses de los contratistas en incluir altos rubros en hormigón, relleno y excavación influyen en la falta de interés por buscar una armonía entre los elementos naturales y su conservación. Según Benítez, «No hay un real interés en buscar armonía entre todos los elementos naturales y su conservación. Menos árboles significa más cemento y adoquín, lo que resulta en mayor utilidad en un contrato como estos.»
En enero de 2020, un incremento inusitado del caudal del río Puyo causó una inundación sin precedentes. En la segunda etapa del malecón, se observa la ausencia de árboles en el margen derecho del río.
Sin embargo, la tala de árboles no es exclusiva de la administración anterior. Durante la administración de Germán Flores en 2012, se talaron varias palmas de morete en el Parque Central 12 de Mayo. Una caricatura de hace 11 años critica esta tala, y ahora Germán Flores ha sido reelegido como alcalde del Cantón Pastaza.
Durante la administración del alcalde Roberto de la Torre, se destruyó el único bosque de árboles de canela en la ciudad, el cual había sido sembrado durante 30 años por el ciudadano Luis Pérez. En la regeneración del Parque Lineal del río Pindo en el Barrio El Recreo, el contratista destruyó los árboles de canela y los reemplazó por especies de otras regiones, llenando la ribera del río Pindo con cemento y adoquines.
Don Luis Pérez, durante 30 años y por iniciativa propia, creó un bosque de canela a orillas del río Pindo en 2019. Sin embargo, el contratista del Parque Lineal destruyó su bosque y lo reemplazó con especies introducidas y hormigón.
Además, un gigantesco árbol de copal fue talado en el Paseo Turístico. La directora del Ministerio del Ambiente de ese año, Angélica Navarrete, constató la tala in situ, el MAE de Pastaza decomisó la madera y se levantó un informe en marzo de 2018 para exhortar al GAD del Cantón Pastaza a justificar la tala de este árbol, patrimonio natural de todos los ciudadanos de Puyo.
Los GADs Parroquiales en Pastaza también han talado árboles para dar paso a la regeneración urbana. En la Parroquia Veracruz, cerca de Puyo, se talaron todos los árboles del parque, incluidas las altas palmas de morete. Hasta la fecha, el parque no se ha concluido, y han pasado cerca de 10 años sin que ninguna autoridad de control haya ofrecido una solución.
En la misma parroquia Veracruz, Milton Lema, docente durante 30 años en la Unidad Educativa San Vicente Ferrer, custodia un bosque de palmas de morete que su padre sembró hace 80 años. Hace seis meses, el bosque iba a ser destruido por la empresa contratista de alcantarillado del
GAD Parroquial de Veracruz. Varias palmas fueron taladas, lo que causó indignación y tristeza a Don Milton. Sin embargo, logró, por vías legales, que el bosque no fuera talado y que el proyecto se desviara a otro lugar.
El agrónomo Ovidio Gómez, actual funcionario del Municipio del Cantón Pastaza, reforestó el parterre de la Avenida Alberto Zambrano con 300 árboles de Yutzos, una especie propia de la Amazonía. Estos árboles se encuentran sembrados desde el redondel del Monumento al Balsero hasta la altura del cementerio municipal, con el objetivo de darle identidad paisajística a la entrada de la ciudad de Puyo. Cabe destacar que existen varias especies de árboles de canela en el mismo parterre.
En la administración del alcalde Óscar Ledesma, se redujeron los márgenes del estero Citayaku, encajonándolos con muros de gaviones y cubriendo sus orillas con hormigón. Actualmente, la calle Galápagos no tiene un solo árbol, y en los días soleados, el olor de las aguas residuales del estero se esparce por todo el barrio, produciendo un olor fétido e insoportable.
Con respecto a las obras en el estero Citayaku (Avenidas El Oro y Galápagos), es importante recalcar que los árboles no solo sirven para dar sombra o uso ornamental; son una parte esencial del espacio público. Brindan calidad al paisaje y al esparcimiento de la ciudadanía, mejorando la salud mental y regulando la temperatura. En nuestro caluroso clima amazónico, caminar bajo un árbol es preferible a hacerlo en un lugar sin ellos. La presencia de árboles en los márgenes de ríos y esteros ayuda a la retención y disminuye la erosión, un factor crucial en las constantes inundaciones que sufre Puyo. Además, según la Agenda 2030, uno de los objetivos es la captura de carbono generada por los árboles.
La regla 3/30/300 para crear ciudades más saludables sugiere tener a la vista tres ejemplares de árboles, vivir en un barrio con un 30% de cubierta vegetal y estar a menos de 300 metros de un parque. Un estudio reciente del Instituto de Salud Global (ISGlobal) en Barcelona muestra que vivir cerca de árboles y zonas verdes está correlacionado con una mejor salud mental y un menor consumo de medicamentos.
La obra de regeneración urbana en las avenidas El Oro y Galápagos aparentemente ya fue socializada con los moradores de la Ciudadela El Chofer, quienes al parecer están de acuerdo con la obra y la tala de los árboles, ya que estos se han convertido en «guarida de ladrones».
El anterior Director del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica de Pastaza, Licenciado Luis Robalino, ha expresado desconocimiento sobre los permisos hidráulicos para reducir los márgenes del estero Citayaku y menciona que hasta esa institución no se ha solicitado el permiso ambiental correspondiente para esta obra.
Sin embargo, no todos los ciudadanos de Puyo están de acuerdo con la forma en que se pretende regenerar esta zona de la ciudad. Para el ciudadano Paúl Andrade, «Es increíble pensar en cualquier reducción de esteros en nuestra provincia. Todos somos conscientes de las tormentas torrenciales que enfrentamos, y los esteros son esenciales para soportar el caudal debido a las intensas lluvias propias de nuestra región.»
Dentro de los rubros del presupuesto referencial presentes en el sistema de compras públicas para la obra «REGENERACIÓN DE ÁREA VERDE Y ESPACIO PÚBLICO EN LAS AVENIDAS EL ORO Y GALÁPAGOS, BARRIO CIUDADELA DEL CHOFER, CIUDAD DE PUYO, CANTÓN Y PROVINCIA DE
PASTAZA,» se observa que el monto alcanza casi medio millón de dólares. Este presupuesto incluye la arborización del proyecto con árboles introducidos, como la Palma de Canaria
(Phoenix canariensis), césped sintético y, como rubro más oneroso, la excavación, relleno y hormigón.
Es evidente que las obras recientes en varios cantones de Pastaza, como fenómeno urbanístico, han sido cuestionadas en su estética y ejecución, especialmente las del Municipio del Cantón Pastaza. Muchas han sido revisadas por la Contraloría General del Estado debido a su mala calidad.
En conclusión, no solo las autoridades de Puyo parecen desconocer el valor de los árboles en las ciudades, ignorando términos como árboles patrimoniales y los beneficios que brindan a la salud humana, sino que también algunos ciudadanos relacionan los árboles con inseguridad y pobreza, mientras que el hormigón se asocia con desarrollo y modernidad. Estos contrastes subrayan la necesidad de educarnos más para apreciar lo que tenemos. Mientras el mundo clama por la conservación de la Amazonía, en Puyo parece haber una aversión hacia los árboles.