– ¡Compadre Indiscreto! ¡Arranque ese esqueleto! Vámonos a la 29 a alegrarnos un ratito. ¡Hoy hay fiesta con chuchaqui garantizado!
– ¡¿Qué es pues, compadre Ulbio?! ¡Usted si es el colmo! ¿Tan de mañanita queriendo ir a esos antros de perdición? Yo, aunque quisiera, ya no estoy para esos «trotes»…
– ¿Trotes dice? ¿Cuáles trotes? Lo de maraco si puede ser.
– ¡No se me haga el loco! Eso que me invita a la «Ruta 29», donde las damas cobran por hora… Usted, como viejo verde, amanece con la mente más cochambrosa que agua de llanta.
– ¡COMPADRE INDISCRETO! ¡ME OFENDE! ¡Usted sí que es el podrido! Se las da de santurrón, pero tiene la mente más sucia que… que el caño del mercado. ¡Yo le hablo de la inauguración de la obra número veinte y nueve de la Prefectura!
– Uffff… ¡Ah!… ¡Hable claro, carajo! Con esa voz de coyote en celo, cualquiera piensa en… otra cosa. ¿Ya entregaron la enésima «obra magna»?
– ¡Exacto! La número 29… solo este año. Si sumamos las del año pasado, vamos como por la 75. ¡Récord mundial, compadre!
– Bra-vo. ¿Y qué «monumento» inauguran hoy? ¿Otra «cuarta de asfalto»? Como dice el pueblo: «Cuatro metros y obra por semana… ¡pa’ llenar la cartelera!».
– ¡Esta vez es histórico! Cambiamos la pintura del Centro de Teoterapia Infantil. ¡Estaba con el amarillo patito de la administración anterior! Ahora es blanco purito con franjas moradas… ¡como bandera de club de abuelitas!
– ¡No me diga! ¿Otra «obra por semana»? ¡Un manchón aquí y un brochazo allá y ya está… “¡La obra de la semana»! ¡Un goteo allá… «obra por semana»! Hasta el perro del barrio orinó la pared y le pusieron placa: «Obra por semana».
– El caso es que… ¡se está borrando todas las sombras del pasado! Vi a los maestros quitando un mural de Jaimito «El Travieso»… Parecía exorcismo. ¡Hasta la sonrisa le raspaban!
– Claaaro… Y ahí va toda la plana mayor: gobernador con cara de sueño, concejales bostezando, periodistas filmando el brochazo… ¡y hasta el GAD parroquial llevando globitos morados! ¿Y usted por qué va? ¿Le dieron contrato de… soplador de brochas o qué?
– ¡Me obligan! Mi nieto está en los Cursos Vacacionales del CITET… Como mi hijo trabaja, ¡me tocó a mí arrastrar al pobre chico! Hasta los niños discapacitados son «voluntarios obligados»…
– ¡Igualito que las sabatinas del Mashi! ¡Por un sánduche de pollo, bailaba con la bandera! Ahora es: «¡Por una galleta morada, aplaudes la pintura seca!» ¿Y esos sapos? (Señala imaginarios) Gobernador, jefes políticos, comisarios… ¡Hasta el perro del teniente político va con chaleco morado!
– Mejor me voy solo… Vine por si me daba aventón, pero con su retahíla me atrasó. ¡Pendejada de compadre!
– ¡Vaya por la sombrita, no se vaya a derretir como helado de Semilla! ¡Yo no como cuento… como ustedes! ¡¿Y esto?! ¡¿Qué significa esta mancha morada! ¡Maldita sea! ¿Quién pintó mi casa de «obra por semana»? ¡ACASO ÉSTA ES LA TREINTA!!!!!
– ¡Ele! ¡De gana se pone como loco! Yo solo quería que me lleve porque ¡Mis rodillas suenan como maracas!
– Bueno, eso de maraco como que sí me suena que es. ¡Y así quiere ir a ese antro de perdición!
– ¡Pero si ya le dije que no es ningún antro! ¡Es obra pública!
– ¡Da igual! En la 29 están las mujeres públicas, y las obras públicas están por la veintinueve.
– ¡Achhh! Con usted no se puede mismo. ¡Todo critica! ¡Todo le parece mal! Haráse revisar ese hígado, viejo cascarrabias… Mejor porque las autoridades hacen obras. Yo tengo la culpa que me pongo a hablar con usted.
– Ya, pero lo que necesitamos son obras emblemáticas, grandes proyectos, que contribuyan al desarrollo de nuestra provincia y mejoren la calidad de vida de la gente. ¡Eso queremos! Y no obras de cuatro centavos, o que una obra se divida en varios pedazos para decir que son nuevas obras. Pero usted como es zonzo… ¡Qué va a entender esas cosas!