– ¡Feliz día mi compadrito Ulbio! Por ese niño que lleva dentro y que hasta ahora no le deja madurar, jeje.
– ¿Y usted, compadre Indiscreto? ¿Ya se va a podrir de muy maduro o qué? ¿Acaso no ha escuchado la Palabra? Cuando Jesús dijo: “Si no volvéis a ser como niños, no entrareis en el reino de los cielos”.
– Sí; pero se refiere a tener el espíritu de niño y no a actuar como tal. ¿No ve esa chiquillada que hace el alcalde al dejar sin iluminación el parque justo cuando se celebra el día del niño? Cuando los padres quieren pasar junto a sus criaturas, sacarlos a pasear, a brindarles un helado y más noche llevarlos a los juegos infantiles… ¡Ele! ¡Llegan y todo en tinieblas!
– ¡Ya han de arreglar, pues! ¡No haga problema por pequeñeces!
– Sí; pero se vuelve a dañar. Porque hay gente inmadura que, como usted, hacen travesuras peor que niños. Dañan los sistemas, se llevan las lámparas, rompen las luminarias, etc. ¡Y luego usted dice que hay que volver a ser como niños!
– ¡Bueno pues! De todo hay en la viña del Señor, como dice el dicho.
– Y luego viene esa otra chiquillada que le hacen al asambleísta Faustino; diciendo que será destituido de su cargo, porque han conseguido un documento del Ministerio de lo Laboral que dice que está impedido de ejercer cargo público. Todo mundo se cree y comparte en sus redes sociales: “Se viene la destitución del asambleísta”.
– ¡¿Y no sería pues así?! ¡Hasta yo me creí! Con tremendo documento y que era oficial del ministerio, decían.
– ¡Ahora usted que es como niño! ¡Pobre inocente criatura! ¡Todo se anda creyendo! No han leído que en el mismo documento, más abajo, en letras más pequeñas dice: “…pero no estará impedido de ejercer cargo de elección popular”.
– ¡¿Así será pues, compadre?! ¡Chiiiii! ¡Hacen ilusionar por las puras…!
– ¡Ya ve, compadre! Ahí no más se nota que usted no tiene corazón de niño sino corazón malvado, araña ponzoñosa. ¡¿O sea que usted estaba ya frotándose las manos y saltando de la alegría que le destituyan al asambleísta?! ¡Vaya malvado!
– ¡Y no solo yo, compadre! ¡Cuantos más! Y no por maldad, ni por desearle el mal al prójimo; sino poque hay que amenizar este mundo lleno de tanto aburrido, jeje.
– Bueno, y también porque hay que hacer noticia de algo, ¿no cierto? ¡Creando el bochinche! Con tanto medio bochinchero que hay, que les gusta solo el chisme y la novelería. Así sea mentira. Y eso es lo que le gusta a usted… y eso es lo que vende.
– ¡Ya pues, compadre! Tómele por el lado amable. Ya dice que no ha sido así, aclarado el asunto, bochinche terminado y colorín colorado.
– ¡Nada de chapulín colorado! El asambleísta, muy dolido, salió con documento en mano a decir las cosas como son, acusando de mala fe a quien ha divulgado la noticia a medias, que no es la primera vez que le hacen esto por tratar de dañar su imagen y desmerecer su trabajo.
– ¡A ver! ¡¿Cómo está eso?!
– Que, si bien el documento dice impedirle ejercer cargo público, es poque se jubiló de la Casa de la Cultura, por ello ya no puede volver a trabajar en ninguna otra institución del Estado. Pero, no le impide gozar de la confianza del pueblo que, mayoritariamente, lo ha elegido y le ha dado su respaldo para poder representarlo en la Asamblea. Nacional.
– O sea, como quien dice, si lo eligen, ¿eso ya es a capricho del pueblo y donde manda la mayoría el resto se calla?
– ¡Claro pues, compadre! Además, dijo que se les hizo agua los helados a los que ya cantaban victoria por la supuesta destitución, que no hay tal, que él sigue de asambleísta vivito y coleando.
– ¿Qué es eso de vito y coleando? No entiendo, compadre.
– ¡Ay, la inocente criatura! ¡No entiende! Pues, quédese con la duda o vaya a consultar al diccionario.
– Creo que tiene toda la boca llena de razón, compadre; ya debemos madurar en eso de ser bochincheros. Puyo ya no es un pueblo que se deja llevar por el chisme de la vecina, debemos actuar como una ciudad de gente educada y pensante.
– ¡Chuta, compadre! ¡Usted sí piensa cuando hace un esfuerzo! Pero, para que usted madure está bien verde. Ni, aunque se envuelva en periódico como aguacate. Mejor siga así, que así lo estimamos quienes lo conocemos… ¡Con su corazón de niño eterno!
– ¡Chuta! ¡Ahura vuelta ya me va a hacer llorar!
– ¡¿No ve?! ¡Como guambra chiquito mismo!