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Los vuelos subsidiados, un proyecto que no despega por nada

por Andres Ortega

La espera desespera y lamentablemente son los que más necesitan los que sufren las consecuencias de un proyecto que no se activa por más que se insista y se haga todo lo posible por su ejecución.

Los vuelos subsidiados son un derecho adquirido de los amazónicos, pero que al momento ya llevan más de cuatro meses que no se atiende a las comunidades más apartadas de la región amazónica.

Franklin Castillo, morador de la parroquia Montalvo, se lamenta que, teniendo los recursos, los proyectos de la Ley Amazónica, pero que no se atiende. El problema está en que la CTEA, entregó el documento a la Empresa Pastaza Progresa que es la encargada de la ejecución del proyecto, pero que todo quedó en papeles y los recursos no están efectivizados para poder arrancar con los vuelos.

Para Castillo, el problema principal, es que no hay la sensibilidad, para poder condolerse por la necesidad de los hermanos de las diferentes nacionalidades que viven en comunidades apartadas. Esto debe ser un interés particular del prefecto André Granda, que solo ha centrado su atención a la ejecución de los asfaltos en las vías, que está muy bien, pero que no se compara con la verdadera necesidad de quienes necesitan movilizarse y solo lo pueden hacer vía aérea.

Ahora, la pobre gente no puede salir a cumplir con sus necesidades en los centros pobladores, como adquirir productos, medicinas, cobrar el bono de desarrollo humano, llevar los útiles escolares ahora que estamos en tiempo de inicio de clases, etc. La única alternativa que les queda es pagar vuelos privados, pero eso les cuesta un ojo de la cara, o tener que obligatoriamente caminar largos días para poder llegar a un puerto y salir por vía fluvial, lo cual también es muy costoso.

Lo irónico es que los recursos están allí, que sirven como caja chica para el gobierno nacional, el año pasado ya se hizo la denuncia de cómo más de 75 millones pasaron a las arcas del ministerio de finanzas, que si no se hubiera denunciado se hubieran perdido definitivamente, mientras que las necesidades de quienes verdaderamente necesitan están a la espera.

Lamenta que las autoridades, ya sean el prefecto, los asambleístas y aún el presidente de las Juntas Parroquiales, no digan ni siquiera esta boca es mía, porque no hay gestión, como que no les interesa y son ya cuatro meses de un verdadero viacrucis lo que el pueblo está viviendo al interior de las comunidades.

Ahora con el nuevo gerente de la Empresa Pública, buscará nuevamente el diálogo para solicitar que se siga gestionando, que se siga insistiendo, porque la gente verdaderamente está que ya no aguanta más.

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