– “Llegando está el carnavaaaaal…”
– ¡Ele! ¡Qué’s pues! ¡¿Llegando estará el carnaval, compadre Indiscreto?! ¡Si el carnaval ya se fue! ¡¿No le vería pues?!
– El carnaval sí lo vi y lo sentí, compadre Ulbio, usted mismo me vino a mojar y hasta me echó tinta y harina; cosa que llegué hecho cuco a mi casa. Lo que no vi fue el Día de la Amazonía.
– ¡¿Y entonces…?! ¿Por qué le sigue cantando a la llegada del carnaval si ya se fue?
– ¡Ah, mi compadre! Si, en este país carnavalesco, el carnaval nunca pasa. ¡Cada día nos salen con una nueva comparsa! ¡Es todo un desfile de payasadas!
– ¿A qué payasadas se refiere?
– ¡¿No ve cómo arman ese show en el CNE?! Solo porque el asambleísta Villavicencio, cuando le preguntan por el vicepresidente del organismo, el responde: “¡Ah, ese hijo de Pita es correísta!”, el otro corre a Guayaquil a decir que ha habido un centro de cómputo paralelo.
– ¡¿Centro de cómputo paralelo?!
– ¡Para “lelos” ha de ser! Porque con esa jugarreta quisieron insultar a la inteligencia del pueblo ecuatoriano.
– Por eso mismo es que a los de Creo ya nadie les cree.
– Tiene toda la boca llena de razón, compadrito. Pero todas son comparsas carnavalescas, de un carnaval más largo y chumingo que el de Guaranda, pero que ahora está quedando más al desnudo que el carnaval de Río.
– ¿Por las garotas?
– Más bien por las langarotas pendejadas que cada día quedan al descubierto.
– Bueno, yo prefiero a las garotas; porque las langarotas esas están bien feas, no son nada sexies.
– ¡Ele! ¡¿Y usted qué tiene que andar pensando en garotas sexies?! Usted de la única que tiene que preocuparse de que esté sexy es de su esposa.
– Pues, yo si me preocupo de mi mujer; si hasta salimos juntos disfrazados al carnaval.
– ¡¿Serio?! ¿Y de qué le hizo disfrazar a su mujer?
– Si yo no le hice, ella solita escogió su disfraz, y me pregunta: “Mi amor, ¿me queda bien el disfraz?”. Entonces to le respondo: “ Si mi amor, te ves bonita disfrazada de vaca”.
– ¡¿De vaca?!!!… ¡¿Se disfrazó su mujer de vaca?!
– Ahí es cuando casi me mata; porque no ha estado disfrazada de vaca sino de dálmata.
– ¡Ah, mi compadre! Siempre con su falta de tacto. ¡Ya deje de ser bruto, compadre! Por eso le pegan.
– ¿Y usted no nos vería que estábamos disfrazados?
– Pues no, porque yo no pasé aquí el día del desfile de carnaval; mejor me fui al carnaval de Río…
– ¡¿En serio, compadre?! ¡¿Se fue al carnaval de Río de Janeiro?!
– ¡No! Al de Riobamba nomás; que no es muy famoso ni tiene garotas, pero te engarrotas de frío.
– Mejor era de que se quede y también se disfrace como nosotros.
– ¡¿Disfrazarme de idiota?! ¡Sí hasta las comparsas carnavalescas de aquí ya me tienen harto! ¡¿No ve l que pasa con la Cámara de Turismo y el Municipio?! Cada quien promocionando el turismo por su lado desde que se enojaron los compadres por eso de la Ñuta.
– Es por eso que la provincia no prospera. Y, en realidad, nada de lo que ha organizado el Municipio ha valido la pena. Tena y Macas nos superan de largo con sus grandes shows, artistas de renombre… ¿Y nosotros? Quedados, y luego nos quejamos de que simplemente somos una provincia de paso.
– ¡Si hasta los organizadores han estado de paso! La Yuli de paso por Guayaquil y el Oz de paso por Quito; cada quien llevando por su lado los productos, artesanías y hermanos de las nacionalidades. Antes eso se hacía de manera conjunta y organizada.
– Pero aquí tuvimos a los Puyosaurios…
– ¡¿Puyosaurios?! ¡¿Qué Puyosaurios?! Los únicos puyosaurios son los de la política… Y hasta hay sus tiranosaurios, que quieren imponer sus cosas a los demás y por eso se dan estos enojos y divisiones.
– Tiene razón. Compadre; si hasta ya parecemos el Jurassic Park; con dinosaurios, tiranosaurios y…
– Y una que otra lagartija, que nunca faltan para completar este carnaval de discordias y desventuras.