Inicio Entretenimiento Ni el alcalde ni el enamorado deben ser “puro alcanfor”

Ni el alcalde ni el enamorado deben ser “puro alcanfor”

por Andres Ortega

– Oiga, compadre Indiscreto… ¿Qué escándalo dizque ha habido en Mera?

– Bueno, compadrito Ulbio; mire, los escándalos generalmente se dan cuando ha pasado algo; pero en Mera en cambio dizque no pasa nada…

– Y si no pasa nada… ¡¿Por qué se alborota la gente, pues?!

– Por eso mismo compadre, porque ya van nueve meses y no pasa nada, y en nueve meses ya debería haber nacido la guagua…

– ¡¿Cuál guagua pues?!… Usted de entrada ya me está confundiendo, compadre…

– No me eche a mí la culpa, que usted siempre anda confundido; lo que yo digo es una metáfora…

– Jajajaja… Oiga, que chistoso el nombre de esa guagua… ¿Cómo dijo?… ¿Semáfora?

– Vaya, vaya, compadre… ¡Usted no es más bruto porque no es alcalde!… “Metáfora” es una comparación, me refiero a que han pasado nueve meses y según los habitantes de Mera y de Shell no se ve ninguna obra por parte de la administración municipal.

– Ah ya; entonces, si es así, razón tienen los mereños de andar enojados.

– Así es, compadre; dicen que cuando estuvo de campaña les ofreció el oro y el moro, y ahura que ya llegó… ¡Nanay!

– O sea, como el galante conquistador, que cuando ya logra conquistar a su chica… nada de nada, ni siquiera guagua… Pero, compadre… ¿En serio no se ha hecho nada de nada?

– Al menos esa es la voz del pueblo: Los moradores de Brisas del Pastaza dicen que no les llega ni la brisa, puro agua con lodo nomás dizque les llega…

– ¡Qué barbaridad!

– Dicen que la pobre Florida se encuentra desflorida, que en El Porvenir no hay porvenir; que no les quieren legalizar los terrenos a pesar de haber cumplido con todos los trámites; que la Registradora solo les dice: “¡Nuhay como registrar! ¡Nuhay como, nuhay como!” y frío el pollo.

– Eso sí que es feo, compadre, que le manden regresando con sus trámites con una negativa tajante… ¿Y de qué más se quejan los mereños?

– Entre otras cosas, que las calles están sin mantenimiento; que solo porque se ha enterado que va a haber protestas ahí si ha mandado a la maquinaria a arreglar medio medio…

– Como quien dice: raspado de gallina nomás.

– Así es compadre, también dicen que hay más dificultades para pagar las patentes y encima de eso que se pretende derogar el impedimento a crear nuevas cooperativas de taxis, poniendo en riesgo el mercado laboral en este sector… En otras palabras, que el señor alcalde ha sido puro alcanfor, nomás…

– ¡¿Alcanfor?!… ¿Ele y ahura?… ¿Que tiene que ver el alcanfor con todo esto?

– No sea menso, compadre; estoy haciendo otra metáfora. Así dicen los quiteños cuando algo es falso, porque comparan el buen puro con el puro malo que contiene puro alcanfor.

– Ah ya… disculpe compadre, yo no entiendo mucho eso de las semáforas, pero sí se cuando el trago es puro alcanfor.

– Bueno, compadre; así que en este San Valentín no será puro alcanfor y darale un buen regalo a mi comadre.

– Eso delo por hecho, compadre… ¿Y usted? ¿Qué va a hacer en San Valentín?

– Pues y voy a preparar comida para dos…

– Ah… ¿Para comer con su novia?

– No, compadre, comida para dos días, digo… ¿Qué no ve que ando solo, triste y abandonado?

– Oiga, compadre… ¿Y por qué no se olvida de esa ingrata y se consigue otra?

– En esas ando, compadre; lo que pasa es que con esta crisis en la que estamos, creo que hasta cupido anda escaso de flechas y no me ha flechado ninguna.

– Bueno, si no tiene flechas aunque sea que le lance alguna otra cosa…

– ¡¿Quéee?!… Como a usted le lanzan los platos a diario quiere que a mi también me lancen cualquier cosa? No mi compadre, esta vez tengo que escoger bien para no tropezar con la misma piedra.

– ¡Flechas! ¡Piedras!… ¡Más parece que estamos en guerra!

– El amor es como la guerra, compadre; así que mejor ya irá comprándose su casco de soldadito para cuando su mujer le lance los platos a la cabeza… Pero por lo pronto, y por celebrar nuestro día como amazónicos, no seamos puro alcanfor y… ¡Vamos a un buen volquetero!

– ¡Pues vamos compadre!… ¡Y qué viva la Amazonía, carajo!

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